Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Las Bendiciones de la Obediencia a Dios
Lectura Bíblica Principal: Deuteronomio 28:1-14
Introducción
Hermanos y hermanas, hoy quiero hablarles de algo muy cercano al corazón de nuestra fe: la obediencia a Dios. A veces pensamos que obedecer es difícil, que es una carga, pero en realidad, la obediencia es el camino a las bendiciones más grandes que Dios tiene reservadas para nosotros.
En un mundo donde nos invitan a hacer lo que queramos y seguir nuestros propios caminos, Dios nos llama a escuchar Su voz y a caminar según Sus mandamientos. ¿Qué obtenemos cuando obedecemos a Dios? La respuesta está en Deuteronomio 28:1-14, donde Dios nos promete bendiciones espirituales, materiales, y de protección, si seguimos Su voluntad.
Leamos juntos los primeros versículos:
“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.” (verss. 1-2)
Dios nos está diciendo claramente que la obediencia abre las puertas a Su favor. Hoy veremos cómo esas bendiciones impactan nuestras vidas espiritualmente, físicamente y en nuestras batallas diarias. Acompáñenme a descubrir cómo vivir una vida de obediencia nos posiciona para recibir todo lo que Dios ha preparado para nosotros.
Contexto Histórico
Este pasaje fue dado al pueblo de Israel cuando estaban al borde de entrar en la Tierra Prometida. Después de años vagando en el desierto, ellos estaban a punto de recibir las promesas de Dios. Pero había una condición: deberían obedecer Sus mandamientos.
Para nosotros hoy, el mensaje es igual de relevante. Estamos en nuestro propio camino hacia las promesas de Dios. Tal vez sea una promesa de restauración, de sanidad, o de provisión. Dios nos promete bendiciones, pero nos llama a obedecerle en todas las áreas de nuestra vida. ¿Estamos dispuestos a caminar en Su voluntad y recibir las bendiciones que Él ha preparado?
I. La Obediencia a Dios Trae Bendiciones Espirituales
La primera bendición que vemos en este pasaje es espiritual. Cuando obedecemos a Dios, nuestra relación con Él crece y nos acerca a Su presencia.
a. La Obediencia Nos Acerca a Dios
Jesús lo dijo claramente en Juan 14:23: “El que me ama, mi palabra guardará… y haremos morada con él.” La obediencia es una muestra de amor a Dios. Cuando obedecemos, Dios se acerca a nosotros de una manera especial. Experimentamos Su paz y Su presencia más profundamente.
¿No es cierto que cuando caminamos en obediencia, sentimos Su paz en nuestra vida? Cuando seguimos Sus caminos, estamos alineados con Su voluntad y eso nos da una certeza y tranquilidad espiritual.
b. La Obediencia Nos Da Sabiduría y Dirección
La obediencia no solo nos acerca a Dios, sino que también nos da claridad y dirección en nuestras decisiones. En Proverbios 3:5-6, leemos: “Fíate de Jehová de todo tu corazón… Él enderezará tus veredas.” Cuando obedecemos, Dios endereza nuestros caminos. ¿Cuántas veces hemos tomado decisiones sin la guía de Dios y hemos terminado en confusión? Obedecer nos asegura que Dios nos guiará en cada paso.
c. La Obediencia Nos Trae Paz Espiritual
Además de la sabiduría y la cercanía, la obediencia también trae paz espiritual. En Isaías 26:3, se nos recuerda que Dios guardará en completa paz a quienes confían en Él. ¿Alguna vez hemos sentido esa paz que sobrepasa todo entendimiento cuando hemos hecho lo correcto ante Dios? Esa paz es fruto de una vida de obediencia.
Aplicación:
¿Estamos buscando paz en nuestras vidas? ¿Estamos obedeciendo a Dios en las áreas donde Él nos está llamando? Quizás necesitamos hacer cambios, pequeños o grandes, para alinearnos con Su voluntad y experimentar esa paz en plenitud.
II. La Obediencia Trae Bendiciones Materiales y Físicas
Dios no solo promete bendiciones espirituales, sino que también nos provee y nos bendice físicamente cuando obedecemos. Él se preocupa por nuestras necesidades diarias y promete proveer abundantemente cuando le seguimos fielmente.
a. Dios Provee para Nuestras Necesidades
En los verss. 3-5, Dios promete que seremos bendecidos en la ciudad y en el campo. Bendito será el fruto de nuestro vientre y nuestras cosechas. Esto significa que Dios proveerá para nuestras necesidades cuando le obedecemos. ¿Cuántas veces hemos experimentado la provisión de Dios cuando hemos confiado en Él en lugar de preocuparnos por nuestras circunstancias?
El Señor también nos asegura en Mateo 6:33: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Dios nunca deja que falte lo necesario a aquellos que caminan en obediencia.
b. Bendiciones en Nuestro Trabajo y Esfuerzo
Dios también promete bendecir nuestro trabajo. En el vers. 8, Dios dice que bendecirá toda obra de nuestras manos. Esto incluye nuestro trabajo, nuestros proyectos, nuestras metas. Cuando hacemos todo con integridad y conforme a Su voluntad, Dios asegura que nuestros esfuerzos sean fructíferos.
¿Hemos visto cómo Dios ha prosperado nuestro trabajo cuando lo hacemos para Su gloria? Cuando obedecemos en lo pequeño, Él nos bendice en lo grande.
c. Salud y Bienestar Físico
Finalmente, la obediencia también trae bendiciones para nuestro bienestar físico. En el vers. 4, Dios promete bendecir nuestro cuerpo y nuestra salud. Esto no significa que nunca enfrentaremos desafíos de salud, pero sí significa que podemos confiar en que Dios nos sostendrá y nos dará fortaleza.
Aplicación:
¿Estamos entregando nuestras necesidades y nuestro trabajo a Dios en obediencia? ¿Estamos confiando en que Él proveerá y bendecirá nuestras vidas diarias? Tal vez es hora de dejar de intentar controlar todo por nuestras propias fuerzas y permitir que Dios haga Su obra mientras caminamos en obediencia.
III. La Obediencia a Dios Trae Protección y Victoria
La obediencia a Dios también trae protección y victoria sobre nuestras batallas. No estamos solos cuando seguimos a Dios. Él nos defiende y nos da la victoria en cada lucha que enfrentamos.
a. Protección Divina
Dios promete que derrotará a nuestros enemigos. En el vers. 7, dice: “Jehová derrotará a tus enemigos… por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán.” Esto no significa que no enfrentaremos oposición, pero sí significa que Dios peleará por nosotros.
¿No hemos visto cómo Dios nos ha protegido de situaciones peligrosas? Tal vez no lo entendimos en ese momento, pero después nos dimos cuenta de que Su mano estaba sobre nosotros.
b. Victoria sobre las Tentaciones
Además de la protección física, la obediencia también nos da victoria sobre las tentaciones. En 1 Corintios 10:13, Dios nos asegura que no seremos tentados más allá de nuestras fuerzas, y que Él nos dará una salida en cada situación.
¿Estamos confiando en Dios para resistir las tentaciones que enfrentamos diariamente? La obediencia nos da la fortaleza para vencer el pecado y caminar en santidad.
c. Paz y Seguridad en la Obediencia
Finalmente, la obediencia nos da paz y seguridad. En Romanos 8:31, se nos dice: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Cuando obedecemos, podemos estar seguros de que Dios está de nuestro lado y nos dará victoria en cada batalla, ya sea espiritual, emocional, o física.
Aplicación:
¿Estamos entregando nuestras batallas a Dios en obediencia? Tal vez sea tiempo de dejar de luchar por nuestra cuenta y confiar en que Dios nos dará la victoria.
Conclusión
Hermanos la obediencia a Dios no es una imposición dura ni un peso imposible de llevar. Es, en realidad, una manifestación viva de nuestra fe y de nuestro amor por el Señor. Cuando obedecemos, entramos en una relación más profunda con Dios. Caminamos bajo Su cobertura, Su dirección y Su favor.
Charles Spurgeon, conocido como el “Príncipe de los Predicadores” lo expresó con profunda claridad en su sermón “The Obedience of Faith” (Sermón No. 2195):
“The obedience of faith springs from a principle within, and not from compulsion without. It is sustained by the mind’s soberest reasoning, and the heart’s warmest passion.”
Traducción
“La obediencia de la fe surge de un principio interior, y no de una compulsión externa. Se sostiene por el razonamiento más sobrio de la mente y la pasión más cálida del corazón.”
Eso significa que obedecer a Dios no es actuar por obligación, sino por convicción. Es una respuesta genuina que nace de un corazón transformado por la fe. Es un deleite obedecer cuando se ha conocido la gracia, la misericordia y la fidelidad de Aquel que nos amó primero.
Dios nos está llamando hoy a vivir en esa obediencia que fluye desde el interior. Una obediencia que transforma nuestras decisiones, fortalece nuestra familia, bendice nuestras finanzas, y nos da paz en medio de la tormenta.
¿Estamos dispuestos a vivir así? ¿Estamos listos para decir: “Señor, confío en ti, por eso te obedezco”? Si damos ese paso, veremos cómo las bendiciones de Dios nos alcanzan y transforman cada aspecto de nuestra vida.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.