Estudio Biblico sobre la paciencia

Francisco Hernández

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Estudios Biblicos

Paciencia.. Estudios Biblico.. Texto: Romanos 5:3-5

Introducción

“La paciencia es una virtud.” ¿Quién no conoce este dicho popular? Escuchamos esto muchas veces al largo de nuestras vidas, en los más diferentes momentos.

Cuando somos niños o jóvenes, los más viejos nos piden para que tengamos paciencia. Cuando alcanzamos un poco más de madurez, somos nosotros mismos los que piden a los niños y jóvenes para que tengan paciencia.

Sin embargo, la paciencia, como toda virtud, es algo difícil de comprender, conquistar y cultivar en nuestro día a día. Y así como también se pasa con prácticamente toda virtud que intentamos cultivar, somos frecuentemente puestos a prueba de nuestra paciencia.

La paciencia, además de ser una virtud, es también una enseñanza cristiana de las más importantes.

En la carta que Pablo envía a la Iglesia de Dios en Roma, está escrito: “Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:3-5). En última instancia, la

Paciencia es lo que nos lleva hacia el amor de Dios

Hoy vamos a estudiar un poco más el concepto de la paciencia, tratando de comprender el porqué de la paciencia ser una virtud y cuales son los enredos religiosos, teóricos y morales de esta virtud.

Fundamentos bíblicos de la paciencia (Parte I: El Antiguo Testamento — Job, Proverbios)

La paciencia es un tema recurrente en la Biblia, tanto en el antiguo, cuanto en el nuevo testamento. Ella aparece en varias ocasiones, mientras comparte muchos sentidos en diferentes episodios.

En el libro de Job, leemos: “¿Cuál es mi fuerza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para que tenga aún paciencia?” (Job 6:11). Las indagaciones de Job entran todavía en el contexto de una cuestión anterior.

Después de reconocer la angustia de la posibilidad de morir sin haber adquirido sabiduría, Job enfrenta a la pregunta: “Ahora, pues, da voces; ¿habrá quien te responda? ¿Y a cuál de los santos te volverás?” (Job 5:1). Job contesta puntualmente: “Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.” (Job 6:4).

Sin embargo, cuando él pregunta “¿Y cuál mi fin para que tenga aún paciencia?”, él enfatiza la evidencia muy obvia de la presencia de Dios en su espíritu. Esto es lo mismo que decir: “¿Qué podría esperar yo, con paciencia y temor, sino el Todopoderoso?”

Los Proverbios

Ya en los Proverbios de Salomón, leemos: “Con larga paciencia se aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta los huesos.” (Proverbios 25:15). Aquí, Salomón habla de una dialéctica, es decir, de un movimiento lógico del pensamiento, entre encubrir y descubrir los misterios de Dios. Por esto él empieza hablando: “Gloria de Dios es encubrir un asunto; pero honra del rey es escudriñarlo.” (Proverbios 25:1). Para Salomón, “larga paciencia” es la virtud por la cual se escudriña la sabiduría. El opuesto de esto es: “Como ciudad derribada y sin muro, es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.” (Proverbios 25:28).

Tanto en Job cuanto en Salomón, la paciencia es una virtud para dejar manifestar la divinidad de Dios.

Fundamentos bíblicos de la paciencia (Parte II: El Nuevo Testamento — Mateo, Lucas y Hechos)

Hay otros momentos en que la paciencia aparece en la Biblia (ya en el nuevo testamento todavía). Estos se dan en el Evangelio de Mateo, en el Evangelio de Lucas y en los Hechos de los Apóstoles.

En Mateo, la paciencia aparece como una virtud anunciada por el Cristo: “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” (Mateo 18:21-22).

Más adelante, leemos el relato de la deuda, que dice: “Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.” (Mateo 18:26-29)

Ante la actitud del prestamista, Jesús indagó: “¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?” (Mateo 18:33). O sea, la paciencia tiene que ver con la misericordia.

Francisco Hernández
Autor
Francisco Hernández
Sirviendo a Jesucristo desde hace más de 20 años. No soy pastor de una iglesia, pero me gusta estudiar la biblia y redactar mensajes cristianos para ser participe de la gran comision.

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