Perseverar en la carrera

José R. Hernández

Perseverar en la carrera

Mensajes Cristianos

Prédica de Hoy: Perseverar en la carrera

Mensajes Cristianos para Predicar Texto Bíblico: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”.  2 Timoteo 4:7

Introducción

Nuestra vida cristiana se asemeja a una carrera, toda nuestra vida está basada en una carrera, con obstáculos y relevos.

Una carrera donde no solo se necesita ser el más rápido, sino, también perseverante. Esta es la carrera de nuestras vidas. Todos nosotros estamos en la misma carrera, unos corren más que otros. Unos van más adelante u otros ya la han terminado.

Esta carrera tiene obstáculos, los cuales debemos superar para seguir avanzando. Pero la buena noticia es que tenemos un gran entrenador que nunca nos deja solos. Él no solo se ha encargado de prepararnos, sino que, siempre está ahí junto a nosotros. Apoyándonos, levantándonos si nos caemos, y siempre nos está animando para que corramos hasta alcanzar la meta.

Durante nuestra vida vamos a encontrar muchas dificultades por las que tenemos que pasar. Habrá momentos en los que sintamos que no podemos más y desearemos abandonar la carrera. Pero Jesús como nuestro entrenador, estará ahí, haciéndonos saber que no estamos solos. Él nunca nos abandona y quiere pasar estos obstáculos junto a nosotros (Efesios 3:16). No importa que tan lejos parezca la meta, debemos mantenernos fuertes y permanecer hasta el final.

I. Carrera de obstáculos

En esta carrera vamos a ver diferentes situaciones en las que tenemos que tomar decisiones cruciales para poder continuar con nuestro progreso dentro de ella y lograr llegar a la meta final. 

Imagina esto por un momento. Estás en una maratón, con muchos competidores, pero el ganador no es el que llegue primero, sino, todos los que logren llegar a la meta. Empieza la carrera y estás participando de manera normal, como deberías. Ves a los demás competidores y no te interesa pasarlos. Puedes sentir el apoyo de tu entrenador alentándote y diciéndote que sigas sin importar que pase. 

Pero habrá un momento en que empiezas a ver los obstáculos, y a medida que te vas acercando puedes notar que unos son más complicados que otros. Empiezas a dudar de ti mismo y preguntarte si lograrás cruzar este obstáculo. Puedes sentir como tu entrenador te está mirando y te dice que puedes hacerlo, solo tienes que tener fe. Puede que logres pasar este obstáculo y estés preparado para los demás.

O incluso, puede que sientas tanto miedo y tanto temor de fracasar que te detienes por un momento y decides pensarlo muy bien antes de continuar. Piensas si de verdad vale  la pena seguir corriendo. Hay un momento en esta carrera donde sientes que estás solo y que la meta se ve muy lejos y que tus pies están demasiado cansados como para continuar.

Es en estos momentos  cuando debemos poner toda nuestra fuerza y determinación en la carrera aunque nos cueste. Tal como dijo el apóstol Pablo, corriendo la buena carrera de la fe.

II. No darse por vencido en medio de la carrera

Hay un momento decisivo en medio de la carrera, se llama punto muerto. En este punto el corredor ya está muy cansado. Sus pies están a punto de parar, siente que va a desfallecer. Su corazón late por mil y su cuerpo le dice que ya no soporta más presión. Aquí, en ese momento, el corredor debe tomar una importante lección si quiere llegar al final de la carrera.

La primera opción es darse por vencido

Puede parar en su peor momento y dejar de correr. Quizas pueda dejar la carrera a un lado y olvidarse de ella. Puede renunciar a sus sueños y dejar de perseguirlos. Puede echarse la culpa a sí mismo, y sentirse la peor persona, puede no perdonarse a sí mismo por abandonar la carrera y convertirse en un fracasado. Esto lo llevará no solo a retroceder, también hará que se pierda para siempre el gran premio que la meta otorga.

La segunda opción es solo para valientes

Es solo para aquellos que no se rinden y desean completar la carrera. Estos corredores que están en el punto muerto pero que están dispuestos a seguir corriendo deben hacer algo osado. En medio de la dificultad y del cansancio, ellos van a tomar un respiro, un último respiro que los llevará hasta la meta. En medio de ese respiro, tomarán toda la fuerza que les queda y correrán como nunca antes. Ellos no se concentran en el dolor, ellos van mirando fijamente al entrenador que los alienta para que no desfallezcan.

Solo aquellos que no se rinden, que siguen corriendo a pesar del dolor, la dificultad y el cansancio, aquellos que tienen su mirada puesta en el entrenador, y que saben que si se caen pueden volver a levantarse, son los que llegan a la meta. Ellos son los que obtienen el premio por su esfuerzo y perseverancia (Isaías 40:29).

III. Si caes en la carrera, levántate y persiste 

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”.   1 Juan 5:4

No importa que tan lejos parezca que está la meta. Debemos saber que aunque no lleguemos todavía, tenemos una victoria anticipada en Cristo. Él ya nos ha hecho vencer, pero debemos demostrar que lo merecemos. A pesar de ser una carrera como cualquiera, todos podemos ganar el premio de la vida eterna, ya que está al alcance de todos. Es un premio o un galardón que se le puede dar a todo aquel que vence hasta el final y logra llegar hasta lo último de la carrera.

Claro que nos podemos caer, nuestros pies pueden llegar a lastimarse. Pero tenemos a un entrenador llamado Jesús que está dispuesto a levantarnos cada vez que nos caigamos, que nunca nos ha dejado solos ni nos dejará jamás. Bien dice la Biblia que no importa cuántas veces caemos, ahí está Dios que es quien nos levanta (Proverbios 24:16). En esta carrera no se trata de ser perfectos. Es más, no se trata de ser mejores que otros. Esto es sobre nuestra propia vida, nuestra vida eterna, nuestro mayor regalo dado por Jesús.

No importa que tan imposible parezca, solo debemos tener fe en el hombre que dio su vida por nosotros y que nunca nos abandona. No estamos solos. Dios está con nosotros, para ayudarnos y que sin importar que tan mal estemos, él estará ahí para guiarnos y levantarnos. Para que terminemos esta carrera en victoria y de su mano, porque sin Él no podemos hacer nada.

¿Qué podemos concluir acerca de la carrera de la vida?

Tenemos la elección de correr esta carrera al lado de nuestro Señor sabiendo que él no nos abandonará ni nos dejará en vergüenza. Sabiendo que sin importar que tan cansados o lastimados estemos, él estará ahí para darnos aliento y refrescar nuestra vida para seguir corriendo hasta el final.

No dejemos de correr, no nos rindamos, no nos demos por vencidos. Peleemos esta batalla, corramos hasta el final, no dejemos que nada ni nadie nos saque de esta carrera, y confiemos plenamente en Dios que tiene cuidado de nosotros y tiene un plan muy grande para nuestra vida, durante y después de la carrera.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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José R. Hernández
Autor
José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

1 comentario en «Perseverar en la carrera»

  1. Que poderosa predica pastor José una predica inspirada Divinamente que gozo hay en el pueblo con estas predicas que sube nos gozamos de verdad siga así usted es es un verdadero hombre de Dios, Dios lo bendiga grandemente gracias por tanto usted como el pastor Coria nos enseñan la verdad

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