Cristianos con prudencia

Julio Torres

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Cristianos con prudencia

Predicas Cristianas

Prédica de hoy: Cristianos con prudencia

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Proverbios 8:12

Introducción

Encontrar la vida cristiana y decidir seguirla, es la decisión mas importante de una persona en su vida; no solo porque inicia su camino a la salvación, sino también porque debe transformar sus hábitos y pensamientos. ¿Será fácil encontrar la prudencia y estar comprometidos con ella? Probablemente para muchos no, pero Dios nos pide qué como buenos cristianos podamos ser capaces de escuchar su voz y seguir sus consejos. (Proverbios 1:1-6)

La Biblia es un libro sagrado qué está lleno de esos consejos maravillosos, tanto qué más allá de comunicarnos los mensajes del Padre, nos enseña a vivir. Se trata de una cátedra perfecta sobre valores y ética, precisamente uno de ellos es la prudencia.

¿Somos prudentes en nuestra cotidianeidad?

Podemos asegurar qué somos mayormente prudentes con aquello qué nos importa, eso qué es nuestra prioridad. Sí por ejemplo una madre va a pasear con su bebé, ella es prudente y lleva un cambio de ropa por sí se ensucia. Es decir, le importa, no lo deja al azar. De la misma manera nosotros debemos tener prudencia con la palabra del Señor, sin duda no es un tema de azar y necesitamos estar preparados.

I. Cristianos comprometidos con prudencia – Significado

1. Entender el camino (Proverbios 14:8)

La mejor explicación sobre qué es la prudencia, se sintetiza en el entendimiento. No podemos ser prudentes con algo sí primero no lo entendemos. La palabra de Dios nos dice que los prudentes son aquellos qué entienden el camino, mientras qué los necios simplemente pasan de largo.

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con personas qué viven su vida sin ningún tipo de orden? Justamente la prudencia necesita de organización y mucho compromiso. Sí algo realmente no hace eco en nosotros, no le vamos a dar un lugar tan importante. Ésta virtud solo se expresa en aquello qué tiene un lugar personal en nuestros corazones.

En la vida somos prudentes cuando llegamos media hora antes al trabajo, cuando planificamos nuestras comidas, cuando nos hacemos chequeos regulares en el médico… Pero cómo cristianos ¿cuántas veces practicamos la prudencia?

2. La prudencia inicia en el conocimiento (Proverbios 1:7)

La mejor manera de comenzar a internalizar ésta gran virtud, es siendo comprometidos con nuestro propio conocimiento. Para ello sabemos que debemos temer a Dios y buscarlo de corazón, siendo él nuestro primer y mayor instructor.

Por ejemplo, para los jóvenes es gradualmente más difícil ser prudentes, porque sencillamente la falta de experiencia y la ganas de vivirlo todo, se interponen. Algunos adultos se olvidan de qué fueron jóvenes alguna vez, y esto precisamente es un acto de imprudencia.

Los padres prudentes deben advertir a sus hijos, darles el conocimiento al alcance de sus manos con ayuda de Dios. Siendo ellos los responsables de involucrarse y comprometerse con éste aprendizaje.

Nosotros funcionamos de igual manera en el Evangelio. Jehová nos advierte, nos da la iglesia, su palabra y los medios para qué lo busquemos; sí somos hijos comprometidos, agradaremos su nombre, conociendo de él cada día mas. Sí en cambio hacemos oídos sordos y seleccionamos solo qué pensamos conveniente, estamos actuando de manera necia.

II. Cristianos comprometidos con prudencia – Parábola de las vírgenes

1. Las prudentes y las insensatas (Mateo 25:1-4)

La manera perfecta qué tuvo Jesús para dar sus sermones, también nos ilustra cómo funcionan las personas prudentes y cuál es su importancia en el Evangelio.

Ésta parábola cuanta qué existían diez vírgenes, las cuáles en medio de la noche esperaban al esposo. Ellas levaban consigo lámparas para protegerse de la oscuridad.

En aquella época éstas lámparas mantenían su luz con el uso del aceite, por esto se hace énfasis en que cinco de éstas vírgenes se llevaron aceite extra, mientras qué las otras no.

Quizá una persona qué jamás usó una lámpara de aceite, desconoce qué debe llevar una porción extra. Por esto es tan importante siempre avivar nuestra prudencia a través del entendimiento. Es nuestra decisión y responsabilidad.

En ese acto de precaución se encuentra la prudencia. Esa pequeña advertencia es la qué debemos tener en nuestro día a día, pero sobre todo en nuestra relación con el Señor.

2. Prudencia para qué no falte nada (Mateo 25:6- 9)

Quién ha dirigido una casa ó un grupo, sabe lo importante qué es proporcionar todo para qué no falte nada. Las buenas madres son un ejemplo de la prudencia. Ellas se encargan de ser líderes del hogar para qué no entre en caos. De la misma manera debemos dar lugar a qué Dios sea el líder de nuestra vida y a través de él mantener la calma en nosotros.

En el caso de las vírgenes solo cinco se preocuparon por esto, fueron prudentes y con entendimiento.

La parábola nos cuenta qué él esposo llegó muy tarde, después de lo acordado. Ellas se quedarón dormidas, siendo qué sus lámparas de aceite también perdieron luz.

¿Qué ocurrió cuando él llegó sin previo aviso? Solo cinco de ellas pudieron arreglar sus lámparas con el aceite qué habían llevado e ir a su encuentro. Las demás tuvieron que ir a comprar rápidamente a causa de su imprudencia. Lo fatídico de la situación es que al llegar, las puertas ya estaban cerradas. No hubo más tiempo, había faltado algo y habían sido desconocidas.

3. Significado de la parábola

Ésta parábola tiene varias enseñanzas e interpretaciones, pero principalmente Jesús quiso ponernos en estado de alerta. Ninguno sabe cuando sea la segunda venida del Señor, pero tenemos certeza de qué ocurrirá y de qué no debemos descuidarnos aunque no tengamos el día ó la hora.

Sí Jehová es cómo el esposo, nosotros seríamos cómo las vírgenes en su espera. Debemos ser semejantes a las vírgenes prudentes, no a las insensatas. Mientras qué aquellas qué no estaban preparadas no pudieron ir al encuentro, nosotros debemos llevar ese “aceite” extra que simboliza el Espíritu Santo y vivir con amor en la voluntad del Señor.

Por nada del mundo debemos desconfiar en qué no vendrá ó qué tarda demasiado. Él ya tiene todo preparado y nosotros a través de la fe confiamos qué tenemos nuestro puesto junto a él.

Conclusión

Ser prudentes para Dios es cómo una brújula capaz de dirigir el resto de nuestros pasos. Significa prepararnos para su segunda venida por amor y por temor, pero también prepararnos para vivir la vida qué él desea para nosotros. Nos recuerda qué tenemos propósito y qué gracias a él y en su nombre somos capaces de comprometernos para cumplirlo.

Podemos aprender mucho de las vírgenes prudentes, pero también de aquellas que no lo fueron. ¿Qué ocurre sí vamos a la espera sin prepararnos? Por ejemplo, sí vamos a la iglesia, pero no respetamos la palabra del Señor. De esto aprendemos qué es igual a nada porque las puertas quedarán cerradas sí no somos verdaderos.

Jehová nos pide entrega total y amorosa. Solo existe una manera de agradarlo y es con pasión, dispuestos a vivir por él y honrando su nombre. Advirtiendo qué la única manera de superar el pecado es dejando qué el se manifieste y transforme en nuestras vidas.

Hermanos, no debemos descuidar ni un solo día pues la segunda venida está cerca. Debemos ser prudentes y recordar qué la vida es hoy y qué solo de la mano de Jesús, será bien aprovechada.

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Julio Torres
Nacido en hogar cristiano, me gusta estudiar la biblia y predicar el evangelio de Jesucristo.

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