La fidelidad de Dios

Roberto Torres

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La fidelidad de Dios

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: La fidelidad de Dios

Predica Cristiana Textos Bíblicos: Salmo 33:4; 1 Tesalonicenses 5:24

Introducción

Hermanos y hermanas, hoy nos encontramos reunidos para hablar sobre un tema que es fundamental en nuestra relación con Dios: Su fidelidad. En estos tiempos de incertidumbre, es normal preguntarse: ¿En qué podemos confiar realmente? Las promesas de las personas con frecuencia fallan. Las instituciones terrenales, que parecían inamovibles, se derrumban. Incluso, nuestras propias fuerzas y decisiones nos pueden fallar. Sin embargo, hay algo que permanece constante e inmutable a lo largo del tiempo: La fidelidad de Dios.

La fidelidad de Dios no es simplemente un concepto que leemos en la Biblia; es una realidad que experimentamos diariamente en nuestras vidas. Desde el principio de la creación hasta hoy, Dios ha sido fiel, y siempre lo será. Él nunca nos dejará ni nos desamparará. Su palabra es firme, y Sus promesas se cumplen. El mensaje de hoy tiene como propósito no solo recordarnos esa fidelidad, sino también llamarnos a vivir en respuesta a ella, confiando en Su palabra y siendo fieles a Él en todo momento.

Para encontrar la respuesta a nuestras preguntas, abramos nuestras Biblias y leamos en el Salmo 33:4: “Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad.”

Contexto histórico

Como siempre digo, para tener una mejor comprensión del mensaje que Dios tiene para nosotros hoy, necesitamos hacer una breve revisión de la historia. El Salmo 33 fue escrito en un contexto donde el pueblo de Israel experimentaba una total dependencia de la fidelidad de Dios. A lo largo de su historia, Israel enfrentó innumerables desafíos: guerras, conquistas, el exilio y la liberación. Sabían que no era por su propia fuerza que sobrevivían, sino por la mano de Dios que los mantenía firmes.

Este Salmo es un himno de alabanza que exalta la justicia, el poder y la fidelidad de Dios. Israel había aprendido a lo largo de su historia que podían confiar en Dios porque Él siempre cumple Sus promesas. Hoy, en tiempos modernos, seguimos enfrentando incertidumbres similares: crisis económicas, problemas de salud globales, tensiones políticas y sociales. Sin embargo, así como Dios fue fiel en los tiempos antiguos, Dios sigue siendo fiel hoy. Un ejemplo reciente de la fidelidad de Dios lo podemos ver en testimonios de personas que han sido sanadas milagrosamente, como se ha documentado en revistas cristianas como “Christianity Today”.

Manteniendo esto en mente, continuemos con nuestro estudio bíblico de hoy.

I. ¿Cómo explicar la fidelidad de Dios?

La fidelidad de Dios no es simplemente un concepto teológico; es una verdad que forma parte de Su naturaleza divina. Para comprender Su fidelidad, debemos empezar por entender que Dios no cambia. A diferencia de nosotros, que somos volubles y podemos ser influenciados por nuestras circunstancias, Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Él es absolutamente digno de confianza.

Esto es algo que el apóstol Pablo afirma claramente en 1 Tesalonicenses 5:24 cuando leemos: “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”

Aquí, Pablo nos recuerda que Dios no solo nos llama a Su servicio, sino que Él cumple lo que promete. Esta es la esencia de Su fidelidad: Él no falla, ni fallará jamás.

a. La fidelidad de Dios es parte de Su carácter

Dios no elige ser fiel a veces y otras no. La fidelidad es parte intrínseca de quién es Él. En Deuteronomio 7:9, Moisés le dice al pueblo:

“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios; Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones.”

Lo que esto significa es que, independientemente de nuestras circunstancias, Dios nunca cambia. A través de las edades, Su fidelidad permanece inquebrantable. Esta verdad nos da una base firme en medio de la inestabilidad del mundo.

b. La fidelidad de Dios es inquebrantable, incluso cuando fallamos

Algo que distingue la fidelidad de Dios es que no depende de nuestras acciones. Incluso cuando somos infieles, Dios sigue siendo fiel. Como dice 2 Timoteo 2:13:

“Si fuéremos infieles, él permanece fiel; él no puede negarse a sí mismo.”

Esto no solo nos da esperanza, sino también un profundo consuelo. Aunque nos desviemos, Dios siempre nos busca y nos invita a regresar. Su fidelidad no se debilita por nuestras fallas.

c. La fidelidad de Dios se manifiesta a través de Jesucristo

El mayor ejemplo de la fidelidad de Dios es Jesucristo. Desde el Antiguo Testamento, Dios prometió un Salvador que vendría a redimir a Su pueblo, y esa promesa se cumplió plenamente en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. En Juan 3:16 leemos:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Este es el acto supremo de la fidelidad de Dios: Él cumplió Su promesa de enviar un Salvador, no por nuestros méritos, sino por Su infinito amor y misericordia.

Con esto en mente, ahora reflexionemos en cómo la fidelidad de Dios no solo es una verdad que podemos conocer, sino también algo que produce efectos poderosos en nuestras vidas.

II. ¿Qué produce la fidelidad de Dios?

La fidelidad de Dios no es solo un hecho que reconocemos, sino una fuerza activa que transforma nuestras vidas. Cuando confiamos plenamente en Su fidelidad, esto produce frutos visibles en nuestras acciones, emociones y decisiones diarias.

a. La fidelidad de Dios produce confianza

En primer lugar, la fidelidad de Dios produce en nosotros una confianza inquebrantable. Al saber que Él nunca cambia y siempre cumple Sus promesas, podemos descansar en Su voluntad, incluso cuando no entendemos todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

El libro de Proverbios 3:5-6 nos dice:

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.”

Este es un llamado a confiar plenamente en Dios, especialmente en momentos de incertidumbre. Su fidelidad nos asegura que todo lo que sucede está bajo Su control.

b. La fidelidad de Dios nos trae paz

Cuando confiamos en la fidelidad de Dios, experimentamos una paz que sobrepasa todo entendimiento. Jesús nos prometió en Juan 14:27:

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

A través de la fidelidad de Dios, podemos encontrar descanso, sabiendo que Él está obrando todas las cosas para nuestro bien.

c. La fidelidad de Dios nos da fuerzas para perseverar

Finalmente, la fidelidad de Dios nos capacita para perseverar en la fe. Cuando nos sentimos débiles y agotados por las pruebas de la vida, recordamos que Dios no nos abandona. Él nos da nuevas fuerzas, como leemos en Isaías 40:31:

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”

Esta fidelidad nos permite continuar, sabiendo que Dios está con nosotros en cada paso del camino. Él es nuestra fuerza cuando nuestras fuerzas se agotan.

Ya que hemos visto cómo la fidelidad de Dios produce confianza, paz y perseverancia, ahora reflexionemos en nuestra respuesta a Su fidelidad. ¿Qué significa para nosotros ser fieles a Dios en nuestras vidas diarias?

III. ¿Qué significa ser fiel a Dios?

Ser fiel a Dios no es solo recibir Su fidelidad; es también una respuesta activa. Dios nos llama a vivir en fidelidad hacia Él, lo cual implica obediencia, confianza y perseverancia en medio de las dificultades. No somos llamados a una fe pasiva, sino a una vida que refleje la fidelidad de Dios.

a. Ser fiel a Dios significa obedecer Su palabra

La fidelidad a Dios comienza con la obediencia a Su palabra. No podemos decir que somos fieles a Dios si no estamos dispuestos a vivir conforme a lo que Él nos ha revelado en las Escrituras. Esto se refleja en Santiago 1:22:

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.”

La fidelidad a Dios se muestra en cómo aplicamos Su palabra en nuestras decisiones diarias. No basta con escucharla; debemos vivirla.

b. Ser fiel a Dios implica confiar en Él en todo momento

Nuestra fidelidad a Dios también implica confiar en Él en cada aspecto de nuestras vidas. No podemos ser fieles solo en las áreas que nos resultan fáciles. Ser fieles a Dios significa confiar en Su voluntad incluso cuando no entendemos por qué suceden ciertas cosas. En Mateo 6:33 se nos dice:

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
La fidelidad a Dios es ponerlo en primer lugar, confiando en que Él suplirá todas nuestras necesidades.

c. Ser fiel a Dios requiere perseverar en la fe

Finalmente, la fidelidad a Dios implica perseverar en nuestra fe, incluso en tiempos difíciles. Sabemos que la vida cristiana no es siempre fácil, pero Dios nos llama a seguir confiando y obedeciendo, incluso cuando las circunstancias sean adversas. En Gálatas 6:9, leemos:

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Nuestra fidelidad a Dios se manifiesta en nuestra capacidad de perseverar a pesar de las pruebas, confiando en que Su plan es perfecto.

Aplicación

Ahora que hemos reflexionado sobre la fidelidad de Dios y lo que significa serle fiel, nos toca aplicar estas verdades en nuestras vidas. ¿Cómo podemos hacerlo?

Primero, debemos comenzar cada día recordando la fidelidad de Dios. No importa lo que enfrentemos, Dios está con nosotros, cumpliendo Sus promesas. En segundo lugar, debemos confiar en Su palabra y en Su plan, especialmente cuando no entendemos lo que está sucediendo. Finalmente, debemos buscar ser fieles a Él en todas las áreas de nuestras vidas, obedeciendo Su palabra, confiando en Él, y perseverando en la fe.

Conclusión

La fidelidad de Dios es un ancla firme para nuestras almas. Nos da confianza, paz y fuerzas para perseverar. Hoy, el Señor nos llama a responder a Su fidelidad. No basta con saber que Dios es fiel; debemos vivir confiando plenamente en Él.

Preguntémonos: ¿Estamos viviendo una vida que refleje la fidelidad de Dios? ¿Estamos confiando en Él en cada aspecto de nuestras vidas, o solo en algunos? ¿Estamos siendo fieles a Su palabra, o solo cuando es conveniente?

Hoy, el Señor nos invita a renovar nuestro compromiso de fidelidad. Nos llama a confiar en Su fidelidad, a obedecer Su palabra, y a perseverar en la fe, sabiendo que Él siempre cumple Sus promesas. No importa lo que estemos enfrentando, podemos estar seguros de que Dios es fiel, y siempre lo será.

¡Respondamos a Su fidelidad viviendo para Su gloria!

© Roberto Torres. Todos los derechos reservados.

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Roberto Torres
Siervo de Cristo y seguidor de la palabra de Dios. Es mi oración que los mensajes que redacto le sirva de bendición.

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