Predicas Cristianas… Predicaciones Cristianas
“…Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros…” (Romanos 12:3-5)
Introducción:
Hoy es vital conocer quién eres y que posición ocupas en el cuerpo de Cristo, todos tenemos una función y un lugar específico desde donde podemos actuar para el reino de Dios, nadie está por casualidad, aunque no lo percibas, tú tienes un talento especial, un don que te ha sido dado para que cumplas con el plan del Señor.
1. Tu posición, te dará posesión
Si uno compara un partido entre profesionales con otro entre amigos, verá que en el primero cada uno tiene un espacio definido; en cambio en un partido entre amigos generalmente todo el equipo va desesperadamente corriendo al mismo tiempo detrás de la pelota logrando que antes de que finalice el partido todos los jugadores estén extenuados.
Entonces ¿cuál es la clave de esta diferencia? La clave es la preparación técnica y estratégica, cada jugador profesional no se desespera porque sabe que cuando le toque jugar, estará preparado para desarrollar su función, el técnico ocupa un lugar muy importante ya que piensa en una estrategia y utiliza sus recursos para que el plantel logre la meta del partido ganado.
De igual manera, en el cuerpo de Cristo todos tenemos algo específico para dar, sin embargo algunos no lo notan y por lo tanto no desarrollan aquello que tienen de parte de Dios, y otros, por el contrario creen que son súper espirituales y se consideran mejores que el resto, nos tenemos que ver como Dios nos ve, ni achicarnos ni agrandarnos. (dígalo)
Es importante valorar lo que tenemos, porque para Dios nadie pasa desapercibido, es decir sin importar de dónde vienes, ni como haya sido tu entrada a este mundo, Dios antes de que tu nacieras, ya te había ubicado en un lugar estratégico según su plan, el Señor ya te conocía y quería usar tu vida de manera asombrosa, ahora ¿Qué quiere Dios de ti? Que uses tu vida y dones para seguirlo y servirlo.
Hemos sido dotados de capacidades especiales, entonces debemos usar cada una para el reino de Dios, algunos tienen el ministerio de la consolación y siempre están prestando el oído para aconsejar y animar, otros interceden y son quienes sostienen los ministerios y otros son pastores o evangelistas, pero todos, sin excepción tenemos algo especial para darle a los demás.
Tal era el caso de Bernabé quien tenía un espíritu de compasión, él escuchaba y secaba lágrimas, consolaba y alentaba, mientras que Pablo irrumpía aún en los lugares más peligrosos para predicar; juntos formaban el equipo que llegó tan lejos en la predicación del evangelio en los primeros tiempos de la iglesia primitiva.
Tenían diferentes dones y características pero actuaban unidos, creyéndole a Dios, y reconociendo que eran especiales para Él, (Juan 12.26) Habla del compromiso, si lo seguimos y le servimos a Cristo, Dios nos honrara, gracias a Dios por cada hermano que, comprometiéndose de corazón, cumple con el llamamiento divino, ahora ¿Cuál es tu función en el cuerpo de Cristo?
Dios te ha dado la naturaleza divina, desde el momento en que decidiste rendir tú corazón y tu vida a Cristo, se produjo un milagro llamado: Justificación, esto se produce cuando uno se arrepiente de corazón y cambia de actitud, entonces Dios borra su pecado y lo declara justo, en ese momento recibimos en nuestra vida su naturaleza, la cual nos ayuda a desarrollar el plan y el propósito de Dios.
No podemos hacer nada para Él si primeramente no ha sido transformada nuestra vida y Jesús no está en nuestro corazón, no podemos seguirlo si primero no nos hemos convertido a Él y estamos totalmente rendidos, tienes la naturaleza de Dios en tu corazón por el Espíritu Santo; entonces ya no vivas como si estuvieses solo y sin fuerza.
Eres alguien que tiene la naturaleza divina, Cristo vive en tu corazón.
2. El te ha preparado para grandes victorias
Si has decidido servirle y tienes la naturaleza divina, es porque Él mora en tu corazón, y si Jesús está en tu vida es porque has sido preparado para ir de victoria en victoria, pero para ver victorias, primero tengo que ganar las batallas, entonces, ¿cómo saber en cada paso cual es el camino correcto?
Para saberlo, es bueno siempre preguntarse: ¿Qué haría Jesús en mi lugar? ¿Qué pensaría? ¿Cómo respondería?
Cristo caminó por esta tierra venciendo gigantes a través de su Fe y su obediencia al Padre, a quienes lo maldecían, les respondía con bendición, entonces, no permitas que las heridas te detengan, su propósito es que tengas poder, si estás herido, confiésalo al Señor y sigue adelante, no te escondas en tu angustia, declara con Fe que la victoria viene.
¡Estamos preparados para ganar, diseñados para vencer!
En (1 Samuel 14:1-14) vemos que el pueblo de Israel estaba bajo la intimidación de los filisteos y era tal la multitud de problemas que los rodeaban, que lo único que hacían era esconderse en cuevas, sin embargo, Jonatán el hijo del rey Saúl, en lugar de acomodarse a la derrota, se animó a emprender una carrera de Fe.
Él había elegido una buena amistad que lo acompañaba a hacerlo, alguien que lo llevaba para arriba, el ejército estaba en derrota, tal como en los tiempos de Goliat, estaban sumamente atemorizados pero Jonatán ya no quería esconderse sino ser un vencedor, sabían que iban de parte de Dios y por eso no se resignaron al fracaso, no es difícil para Dios darte la victoria, solo es necesario que creas y actúes de acuerdo a quien tienes en tu corazón.
Ellos querían ver qué era lo que haría Dios, la oportunidad de que se manifieste en la batalla, de la misma manera debes dejar que Él actúe en tu vida, en Él eres un vencedor así como lo fue Jonatán y su asistente, mientras el pueblo se escondía, ellos se enfrentaron con los filisteos, a medida que iban subiendo, los enemigos caían vencidos por la victoria que el Señor les estaba dando.
Para cumplir con el plan de Dios es bueno tener en cuenta los siguientes consejos:
1° La gente que te rodea determina tu futuro.
Esta no es una generación que se esconda, esta es una generación que se anima a lograr grandes conquistas para Dios, Jonatán buscó a un amigo que tuviera un mismo espíritu y la misma pasión de conquista, debemos aprender a detectar a nuestras amistades.
2° Nos tenemos que alejar de las personas que nos llevan a las derrotas en lugar de las victorias.
Debes aprender a elegir en tu círculo íntimo gente que conozca a Dios, ese es un secreto que a uno lo lleva a acercarse siempre más al Señor, rodearse de gente pura, con un testimonio impecable nos ayuda a crecer espiritualmente, esto sin duda, te va a ayudar a cumplir tu ministerio.