Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: Descubriendo la gracia de Dios
Bosquejos Bíblicos Texto Biblico: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8)
Introducción
La gracia de Dios es un tema muy importante en la Biblia y en nuestras vidas. Es la forma en que Dios nos muestra su amor y misericordia, aun cuando no lo merecemos. En este bosquejo bíblico, exploraremos cómo la gracia de Dios se manifiesta en nuestras vidas y cómo podemos compartirla con los demás.
I. ¿Qué es la gracia de Dios?
Definición: La gracia de Dios es el amor y la misericordia de Dios hacia nosotros, aun cuando no lo merecemos.
La gracia es un regalo gratuito que recibimos de Dios.
Ejemplos bíblicos de la gracia de Dios: La historia del hijo pródigo (Lucas 15:11-32), el apóstol Pablo (1 Timoteo 1:12-16), la mujer adúltera (Juan 8:1-11).
II. ¿Cómo se manifiesta la gracia de Dios en nuestras vidas?
- Nos salva: La gracia de Dios nos salva del pecado y la muerte eterna (Efesios 2:8-9).
- Nos transforma: La gracia de Dios transforma nuestras vidas y nos hace nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17).
- Nos da fuerza: La gracia de Dios nos da la fuerza para superar las pruebas y dificultades de la vida (2 Corintios 12:9).
III. ¿Cómo podemos compartir la gracia de Dios con los demás?
Compartiendo nuestro testimonio: Al compartir nuestro testimonio de cómo la gracia de Dios nos ha transformado, podemos inspirar a otros a buscar a Dios.
Perdonando a los demás: La gracia de Dios nos enseña a perdonar a los demás, así como Dios nos ha perdonado a nosotros (Efesios 4:32).
Amando a los demás: La gracia de Dios nos enseña a amar a los demás, incluso a aquellos que no lo merecen (Mateo 5:44).
Conclusión:
La gracia de Dios es un regalo maravilloso que debemos valorar y compartir con los demás. Al entender cómo se manifiesta la gracia de Dios en nuestras vidas, podemos ser transformados y usar esa gracia para transformar a los demás. Así que, que la gracia de Dios sea nuestra guía y nuestro ejemplo mientras seguimos a Cristo.
© José M. Vallin. Todos los derechos reservados.