Reina Valera: Errores y añadiduras

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Estudios Bíblicos Predica de Hoy: Reina Valera – Errores y añadiduras

Estudio Bíblico Lectura Bíblica:No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno” (Deuteronomio 4:2).

Introducción

Por más de dos mil años, desde que se tradujo la primera versión de las Sagradas Escrituras, hasta las últimas traducciones de nuestros tiempos, no han sido más que, debates, pleitos, y ataques contra estas traducciones, que de alguna manera, trajeron luz a la humanidad. Pues sin estas traducciones, jamás hubiéramos podido comprender y entender el plan maravilloso de nuestro divino, Padre celestial, encerrado en las Sagradas Escrituras.

Por lo que agradecemos a cada uno de ellos por su máximo esfuerzo, arrojo y valentía. Pero también con honestidad le decimos a todos nuestros lectores que, nos referimos aquellas versiones que verdaderamente son una obra titánica, a quienes les damos nuestro reconocimiento; como en el caso que nos ha de ocupar en este estudio, sobre la versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602), lo que en nuestros días se conoce como: LA REINA VALERA

También es importante aclarar en este estudio que, no tratamos de despreciar ni desprestigiar ninguna de estas traducciones, sino al contrario, reconocemos y valoramos su trabajo y el tiempo, que se tomaron para hacer, realidad esta obra tan maravillosa. No obstante, sí queremos aclarar, probando bíblicamente, que algunos de los textos, en casi la mayoría de las traducciones, fueron mal traducidos, pervirtiendo totalmente, el verdadero sentido de la palabra del señor, haciendo nulo el mandamiento. (Números 15:31).

Nuestro estudio lo iremos desarrollando en base a las siguientes preguntas: ¿Las traducciones que se hicieron de las Sagradas Escrituras, Fueron guiados o dirigidos los traductores por el Espíritu Santo? ¿Fueron fieles los traductores al traducir las Escrituras, palabra por palabra? ¿Cómo llegó a introducirse en las Escrituras, la coma Juanina? ¿Por qué decimos que el paréntesis de 1ª Juan 5:7-8, no es genuino?

¿Cómo identificar un error en las Escrituras, y cómo verificar la verdad?

¿Qué dice Dios acerca de si mismo: de cuántos está formado? ¿Qué dice la ley: de cuantos dioses hay? ¿Quiénes, además de Dios y su Santa ley, certifican la unicidad de Dios?  ¿Qué fuente usaron los primeros trinitarios para sustentar el dogma de la trinidad? ¿Es la trinidad un punto bíblico?

¿Cómo identificar un error en las Escrituras, y como verificar la verdad?

Iniciemos nuestro estudio.

¿Las traducciones que se hicieron de las Sagradas Escrituras, Fueron guiados o dirigidos los traductores por el Espíritu Santo?

Sin la menor intención de ofender a estos grandes hombres, los cuales consideramos nuestros hermanos, y que tradujeron las Sagradas Escrituras. Declaramos que, todas las versiones editadas, y publicadas por ellos, no fueron guiadas por la égida del Espíritu Santo. Pues que, el Espíritu Santo no es un ser que confunda, ni que hable mentira, ni Dios es autor de confusión” (1ª Corintios 14:33), como muchos están aprendiendo y enseñando a causa de la mala traducción y de las interpolaciones o añadiduras, que se hizo de las Sagradas Escrituras, en las miles de versiones, pero en particular, en este caso: la versión de Casiodoro de Reina.

Errores de traducción

Errores de traducción, los cuales contrastan con los escritos hagiógrafos (originales), ya que estos jamás declararon un Dios divisible o trino. Por esto, es que en este estudio presentamos, el error más grande de toda la historia religiosa, marcado en casi, todas las versiones de la Biblia: la interpolación de “El Comma Johanneum”. La “Coma Juanina”; donde según la versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602), y miles versiones más, apoyan el dogma de la trinidad.

El texto de 1ª Juan 5:7-8, en las versiones más antiguas, de acuerdo a algunos historiadores son las del siglo III, y IV, como son algunas de ellas: la Siriaca, la Copta, la Armenia, la Etíope, y por supuesto el Código Sinaítico, entre otras, en donde Juan 5:7-8, está escrito de la siguiente manera: “7 Oti treis eisin oi marturountes 8 To neuma kai to udōr kai to aima kai oi treis eis to en eisin” (UBS4). Esto es: “7 Porque tres son los que dan testimonio 8 El espíritu y el agua y la sangre y estos tres concuerdan”.

Historia acerca de la interpolación

La historia acerca de la interpolación [… en el cielo: el Padre, el verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres concuerdan en uno. 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra:…] del texto en Juan, calla por lo menos, ocho siglos; pues esta añadidura apócrifa, aparece por primera vez en las copias que se hicieron de la versión Vulgata Latina, surgidas en el siglo ocho (s. VIII. d.C.). A partir de entonces, esta añadidura, falsa y contradictoria, y lo digo con todo respeto, por aquellos que tienen este modo de credo: empezó a formar parte de las Sagradas Escrituras, al menos en la versión oficial de la Iglesia Católica Romana: La Vulgata Latina, como ya se dijo: del siglo VIII.

El paréntesis o cláusula que aparece en Juan, es la añadidura apócrifa, introducida y publicada de forma oficial en casi todas las versiones de la Biblia, desde el año 1522, en el texto de 1ª Juan 5:7-8. Aunque para el mayor número de los creyentes “cristianos”, este error no es de mucha importancia, ni la variante textual; pues que esto no afecta al fundamento de la fe de ellos. Y esto, por la razón de que en este punto de fe coinciden con el mismo modo de pensar.

Un Dios trino

Es decir; que, la mayoría de los “cristianos” reconocen a un Dios trino y por ende divisible, lo que las Escrituras no pueden sustentar, ni sostener. Sin embargo, de manera contraria, esta alteración en las Escrituras, destruye la pureza, inerrancia e infalibilidad en dichas traducciones. De aquí que decimos, asegurando que, los traductores no fueron guiados por el Espíritu Santo.

¿Fueron fieles los traductores al traducir las Escrituras, palabra por palabra? Una de las razones por la cual se produjo este conflicto en las versiones fue, que los traductores, en algunos versos de la palabra del Eterno, no tradujeron con fidelidad de los escritos más antiguos, “originales”, por llamarlos de alguna manera. (Salmos 50:16-17). Por lo tanto, no fueron fieles los traductores, al traducir las Escrituras, al menos en este texto que nos ocupa el día de hoy en este estudio, en cuanto a la alteración que se hizo a la carta de Juan.

Errores de traducción

Además, los errores de traducción, también tuvieron mucho que ver con la medida del criterio y del pensamiento ideológico de los traductores, como en el caso de Casiodoro el cual era trinitario; que aunque sabía que el texto original de la 1ª carta de Juan no contenía tal interpolación, la incluyó en su famosa versión. De hecho, Casiodoro de Reina, (y de la mayoría de los traductores), usaron como fuente principal, del texto griego de la versiones Vulgata Latina, de Jerónimo, y la del Textus Receptus, de Erasmo de Rotterdam, alterando y/o minimizando la palabra del Eterno (Josué 11:15).

¿Cómo llego a introducirse en las Escrituras, la coma Juanina? El Comma Johanneum, fue introducida a las Sagradas Escrituras, en base al concepto que, algunos empezaron a tener de Dios: justamente, que Dios estaba formado por tres divinas personas.

Según el comentario de Matthew Henry (Comentario Bíblico de Matthew Henry p. 1897). Dice que, algún escriba sin escrúpulos intercalo la clausula al texto original, pensando que era una buena oportunidad para fundamentar el dogma trinitario; y fue introducido en la Vulgata Latina del siglo VIII. Y de ahí paso a la tercera edición del Textus Receptus (TR), del siglo, XVI, de Erasmo de Rotterdam.

Fuente principal de traducción, de la versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera.

Y a partir de entonces, el gran fraude y engaño de la doctrina trinitaria. Pero lo peor de todo este engaño, es que, aun sabiendo los pastores del mundo de tan tremendo engaño, sigan creyendo y predicando tal mentira, condenándose a sí mismos y condenando aquellos que los están escuchando y siguiendo.

Por su parte, Erasmo de Rotterdam, aunque reconoció que el paréntesis [… En el cielo: el Padre, el verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres concuerdan en uno. 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra:…], no era genuino, lo incluyó en su versión como texto legítimo.

Algunos piensan que Erasmo, interpolo el paréntesis por la presión que estaba ejerciendo la Iglesia Católica sobre él. Puede ser que esto sea una razón, ya que lo que sí es cierto es que, la cláusula de Juan, apareció hasta la tercera edición del Textus Receptus. Entonces yo me pregunto: ¿Por qué Erasmo no incluyo la cláusula desde su primera edición? Yo mismo me respondo: porque él nunca lo vio en los escritos originales que el mismo revisó, cuando traducía las Escrituras.

¿Por qué decimos que el paréntesis de 1ª Juan 5:7-8, no es genuino? Grandes teólogos, filósofos, historiadores, y arqueólogos, como Tischendorf, Nestle, Westcott, Hort, Clark, etc., han hecho grandes descubrimientos en beneficio de las sociedades cristianas, aunque a veces, dichas sociedades no aprecian el esfuerzo de ellos.

Estos descubrimientos tuvieron que ver con documentos originales, encontrados, de las Sagradas Escrituras, que prueban la pureza de las mismas, así también prueban la falibilidad de otras versiones (al menos en algunos textos), que se hicieron de las Escrituras. Sin embargo, y tal vez suene un poco jactancioso, pero no es necesario, ni se requiere que seamos teólogos, ni filósofos, ni historiadores, ni arqueólogos ni nada, para saber identificar los errores que cometieron algunos traductores, al traducir las Escrituras.

¿Cómo identificar un error en las Escrituras, y como verificar la verdad?

El apóstol Pablo dice: “Y nada podemos contra la verdad, sino por la verdad”. Esto quiere decir que, las Escrituras hablan por sí mismas, y que solo ellas prueban la verdad, de tal manera que si el punto de la trinidad es verdadero, lo tiene que decir la boca de Dios; y lo tiene que certificar la ley de Dios, pues que en ellas está la verdad. ¿Qué dice Dios acerca de si mismo: de cuántos está formado? Deuteronomio 32:39.

La primera parte del texto dice: “Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo…” Haciendo una paráfrasis de esta parte del texto, diríamos que, Dios no permite, ni acepta que haya otros dioses, ni dentro, ni fuera de Él (com. Isaías 45:5-6), pues, Él es absolutamente único y de una esencia y una naturaleza indivisible: y nada hay en Él, esto es: dentro de Él, semejante. Isaías 46:9.

¿Qué dice la ley: de cuantos dioses hay? “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” Deuteronomio 6:4. De acuerdo a la Toráh (ley), el Eterno es presentado como un solo Dios; libre y soberano, independiente, sin género y sin formar parte de ninguna especie.

Además, dentro de la gramática hebrea, el adjetivo “ejad” (uno): no tan solo significa en calidad de uno, sino en calidad de único. Esto significa, entonces que, el Eterno, es solo consigo mismo: y es por sí mismo y en sí mismo. (Com. Isaías 44:24; 45:6, 18, 21, 22).

¿Quiénes, además de Dios y su Santa ley, certifican la unicidad de Dios? Además de Dios y su Santa ley, nuestro señor Jesucristo, también certifica y declara la unicidad de su Padre Todopoderoso, pues él dice: “… Que te conozcan el solo Dios verdadero…” Juan 17:3.

En este enunciado, vemos como nuestro señor Jesucristo declara que hay un solo Dios, y además, se excluye como parte de Dios. Y no es que se excluya, sino que nunca fue parte de Dios. Además, nuestro señor Jesucristo va a señalar que el no es digno de adoración, por cuanto el no es dios: sino que toda la adoración se le debe dar solo Dios. Lucas 4:8. Por su parte, el apóstol Pablo señala diciendo que, los hijos de Dios, solo creen en un solo Dios, y tienen un solo Dios y nada más. 1ª Corintios 8:6; Efesios 4:6.

¿Es la trinidad un punto bíblico?

La trinidad nunca fue, ni es, ni será un punto doctrinal que este sustentado por las Sagradas Escrituras. Además, el planteamiento escritural bíblico, que a continuación presentamos, destruye el concepto trinitario del Padre, Hijo, y Espíritu Santo. De acuerdo a Juan: nuestro señor Jesucristo separa la posibilidad de un vínculo de esencia, substancia y naturaleza, entre Dios y él, pues dice: “… El solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado.”

En esta parte del texto, Jesús expresa que no hay ningún vínculo substancial ni de esencia entre él y Dios, pues separa el título majestuoso del Padre, que es Dios, de su persona.

En el caso de Pablo, él marca una clara separación pues dijo: “… Un Dios, el Padre… Y un señor Jesucristo…” 1ª Corintios 8:6. En estos versos, no se ve ni siquiera la posibilidad de un dios dual; mucho menos trinitario, ya que el Espíritu Santo no aparece en escena. De manera que si Cristo es Dios: ¿Por qué no lo dijo? Y si Pablo sabía que Dios está formado por tres divinas personas: ¿Por qué hizo una separación entre Dios y Jesús? La respuesta es simple y sencilla: porque ellos solo creían en un Dios, el Padre, por el cual son todas las cosas.

Los primeros trinitarios

¿Qué fuente usaron los primeros trinitarios para sustentar el dogma de la trinidad? De haber conocido esta cláusula los primeros trinitarios, como por ejemplo Tertuliano, el cual fue el primero que acuñó el término “trinidad”; Orígenes, Atanasio, y otros: sobre todo este último mencionado por nombre, Atanasio: seguramente la habría empleado en las controversias, que se suscitaron por los siglos III y IV, defendiendo el dogma de la Trinidad, y hubieran ganado y probado con toda certeza, el dogma del Dios trino. Atanasio debatió a ultranza contra Arrio en el concilio de Nicea en el 325, Sin embargo, en este tiempo, este paréntesis ni siquiera comenzaba a tomar forma.

No obstante, este atrevimiento logró contaminar el verdadero sentido de la palabra del Todopoderoso: violando el mandamiento de no añadir palabras, a la palabra del Eterno, Proverbios 30:6; ganando para sí, la sentencia revelada a Juan: de que todo aquel que añadiere a las palabras del Eterno, ganaría para sí mismo, la maldición de las siete plagas postreras Apocalipsis 22:18.

La Reina Valera, en los textos, donde se requiere una traducción fiel, no ha hecho nada; pero de esto hablaremos en otra ocasión. Afortunadamente, algunas versiones, ya han corregido algunos errores, que en un momento consintieron, manteniendo así la pureza del texto en las Sagradas Escrituras y sin mancha.

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