Dios es bueno

Mensajes Cristianos

Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Dios es bueno: Un mensaje de esperanza para mujeres

Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: Lucas 18:19

Introducción

Queridas hermanas en Cristo, es un gozo compartir con ustedes este mensaje lleno de esperanza. Como esposa de un pastor, he sido testigo de la bondad inmensa de nuestro amado Dios. El tema de hoy se encuentra en Lucas 18:19, donde Jesús nos recuerda que solo Dios es verdaderamente bueno.

I. Dios es bueno en Su creación

La bondad de Dios se refleja en toda Su creación. Desde el amanecer que pinta el cielo hasta la delicadeza de las flores en el campo, Él nos muestra Su amor en cada detalle. En Génesis 1:31, vemos que “vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.

Somos una parte preciosa de Su creación, diseñadas a Su imagen con un propósito único. Salmo 139:14 nos revela: “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.” ¡Somos Su obra maestra! Con esta verdad en nuestro corazón, podemos confiar en que, como creador, Él tiene un plan perfecto para nuestras vidas.

a. Dios nos ama incondicionalmente

En Su bondad, Dios nos amó primero. 1 Juan 4:19 nos dice: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.” Su amor no depende de nuestros méritos, es incondicional y eterno.

Como una madre amorosa, Dios cuida de nosotras con ternura. Isaías 49:15 nos consuela: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti.

b. Dios provee para nuestras necesidades

En Su infinita bondad, Dios provee para nuestras necesidades diarias. Mateo 6:26 nos invita a mirar las aves del cielo y recordar que “vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

Dios conoce cada necesidad que tenemos y nos suple conforme a Su riqueza en gloria. Filipenses 4:19 nos asegura: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

II. Dios es bueno en Su redención

La bondad de Dios se manifiesta en Su plan de redención para nosotras. A pesar de nuestras faltas, Él nos ama lo suficiente para ofrecernos la salvación a través de Su Hijo Jesucristo.

a. Dios perdona nuestros pecados

En Su bondad, Dios nos ofrece perdón y reconciliación a través del sacrificio de Jesús. Efesios 1:7 declara: “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Su misericordia es infinita, y Su amor cubre una multitud de pecados.

b. Dios nos da una nueva vida

Mediante Su bondad, Dios nos ofrece una vida transformada en Cristo. 2 Corintios 5:17 nos dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” A través de la fe en Jesús, nos convertimos en nuevas creaciones, libres del peso del pecado.

III. Dios es bueno en nuestra esperanza

La bondad de Dios brinda esperanza a nuestras almas cansadas. Su presencia y promesas son el fundamento de nuestra esperanza y confianza en el futuro.

a. Dios nos da esperanza en la adversidad

En los momentos difíciles, Dios es nuestra fortaleza y esperanza. Salmo 46:1 asegura: “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” Cuando nos enfrentamos a desafíos, podemos confiar en que Él nos sostiene y guía en el camino.

b. Dios promete una vida eterna

La bondad de Dios nos ofrece la promesa de una vida eterna en Su presencia. Juan 3:16 es un recordatorio de Su amoroso plan de salvación: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Conclusión

Queridas hermanas, en medio de las luchas y alegrías de la vida, recordemos siempre la bondad de nuestro Dios. Él nos ama incondicionalmente, nos redime y nos ofrece esperanza eterna. Que Su bondad nos inspire a vivir con gratitud y a compartir Su amor con otros. ¡Confía en la promesa de Su bondad, porque en cada paso de nuestra jornada, Él está a nuestro lado, sosteniéndonos con Su amor inquebrantable.

Hermanas, cuando nos sentimos abrumadas, recordemos que podemos acudir a Dios en oración. 1 Pedro 5:7 nos alienta: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotras.” Él escucha nuestras peticiones y conoce cada detalle de nuestras vidas.

En los momentos de duda, recordemos las palabras de Jeremías 29:11: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotras, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Dios tiene un propósito divino para cada una de nosotras, y podemos confiar en que Su plan es perfecto.

Hermanas, extendamos la bondad de Dios a quienes nos rodean. Efesios 4:32 nos insta: “Antes sed benignas unos con otros, misericordiosas, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotras en Cristo.” Mostremos el amor y la compasión de Dios a través de nuestras acciones y palabras.

En tiempos de incertidumbre, aferrémonos a la esperanza en Dios. Romanos 15:13 es una oración poderosa: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Su Espíritu nos fortalece y llena de paz, incluso en medio de las tormentas.

Queridas hermanas, que la bondad de Dios sea nuestra guía y refugio en cada paso de nuestra jornada. Encomendemos nuestros sueños y preocupaciones a Su amor inagotable. Recordemos siempre que Dios es bueno, y en Su bondad encontramos consuelo, esperanza y propósito.

En Su presencia, hallamos la plenitud de la vida, una vida que transciende las circunstancias y se edifica en el amor de Cristo. Avancemos con fe y confianza, sabiendo que nuestro amado Dios nos cuida, sostiene y ama más allá de lo que podamos imaginar.

Queridas hermanas, recordemos siempre estas palabras: “El Dios que no olvida y siempre es bueno está a nuestro lado. Confía en Su amor inquebrantable y camina en Su esperanza eterna.”

Que cada día sea un testimonio vivo de la bondad de Dios en nuestras vidas. Compartamos este mensaje con otras mujeres que necesiten conocer el amor y la esperanza que solo Él puede ofrecer. Juntas, como hermanas en Cristo, irradiemos Su bondad y compartamos el regalo de Su amor con el mundo.

Queridas hermanas, confiemos en Su bondad y permitamos que Su luz brille a través de nosotras. Juntas, vivamos como mujeres transformadas por Su amor y guiadas por Su gracia. ¡Sigamos adelante con gozo y esperanza, porque en Él encontramos todo lo que necesitamos! Que Su bondad nos guíe hoy y siempre. Amén.

© Hilda T. Hernández. Todos los derechos reservados.

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