Siembra tu corazón (Parte I)

Predicas Cristianas

Siembra tu corazón en el reino de Dios y Él te multiplicará la siembra conforme dice la Palabra, al ciento por uno; tu corazón lo llenará de fruto, de ese fruto maravilloso e inigualable que es el amor de Dios, haciendo prosperar todos tus caminos.

Leamos la Escritura en 2 Crónicas 31:19-21Del mismo modo para los hijos de Aarón, sacerdotes, que estaban en los ejidos de sus ciudades, por todas las ciudades, los varones nombrados tenían cargo de dar sus porciones a todos los varones de entre los sacerdotes, y a todo el linaje de los levitas. De esta manera hizo Exequias en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto y verdadero delante de Jehová su Dios. En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”.

En la Biblia podemos ver que casi las dos terceras partes de la parábolas del Señor hacían referencia al dinero en forma directa o indirecta, vemos por ello la importancia que el Señor le daba al tema; también podemos ver que en todos los casos en que se alude a la prosperidad se hace hincapié en la siembra para luego obtener la cosecha de bendiciones, y “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22).

Por otro lado también vemos en la Escritura que al Señor le interesa el corazón del hombre, vemos innumerables referencias a la búsqueda del corazón y de sus actitudes, que son igualadas al compromiso con Él, apreciamos así la importancia que el Señor le da al corazón, “El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas” (Proverbios 11:28).

De lo analizado anteriormente podríamos concluir que para el Señor es muy importante la siembra para obtener bendiciones y las actitudes del corazón; pensemos entonces en unir ambas cosas y consideremos la siembra del corazón como una forma de relacionarnos con el Señor y buscar sus bendiciones espirituales.

Básicamente debemos saber que un cristiano debe ser capaz de confiar en Dios en toda circunstancia, teniendo la seguridad que Él nos ama y desea siempre lo mejor para nosotros.

Es clave entender adecuadamente lo que es la mayordomía, (Lucas 12:25-34), nosotros somos simples mayordomos de la propiedad de Dios pero de ninguna manera somos dueños, y es así que como cristianos aceptamos el papel de mayordomos y como tales administramos los recursos de Dios, que en este caso es nuestro propio corazón, de acuerdo a la dirección que Él nos da a través del Espíritu Santo; hasta que el cristiano no reconoce la propiedad absoluta de Dios sobre su corazón, no podrá experimentar la dirección de Dios en la administración de sus actitudes y forma de vivir.

Dios usa el corazón en la vida del cristiano para dirigirlo, muchas veces los creyentes elaboran sus propios planes sin la dirección clara de Dios a pesar de que la Palabra nos dice: “Escrito esta también: No tentarás al Señor tu Dios” (Mateo 4:7), y es en razón de que éstos no han aceptado verdaderamente la sabiduría de Dios como superior, aún no han sembrado verdaderamente su corazón en el reino de Dios.

Así como Dios dirige y ayuda a tu vida desde el corazón, si no lo rindes enteramente a su señorío corres el riesgo de que Satanás lo use para estorbarte, el creyente debe aprender a reconocer el peligro que significa mantener un corazón dividido pues de esta forma continúas sometido a la esclavitud del pecado y en la práctica es tanto como una esclavitud física; cuando la Escritura nos dice “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último cuadrante” (Mateo 5:25-26), nos está diciendo que tomemos la decisión de cortar definitivamente con el pecado y sembremos íntegramente nuestro corazón, nos esta diciendo que dejemos de mantener un corazón con ambigüedades pues “¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? y ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas” (2 Corintios 6:14).

Dios mira el corazón del creyente; al leer en Génesis 22:1-12 cómo Dios le pide a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac, vemos que Dios le está pidiendo que le entregue todo, y allí miró como el corazón de Abraham había sido sembrado, si creyó que Dios le daría el hijo a tan avanzada edad también creía que le devolvería su hijo de la muerte.

Al sembrar tu corazón, confiarás como Abraham y luego de evaluar las circunstancias o los problemas no tratarás simplemente los síntomas sino que en medio de esa confianza atacarás el problema mismo desde su raíz a fin de erradicarlo de tu vida; debes entender que los problemas actuales son síntomas de actitudes equivocadas anteriores.

El plan de Dios es paz y tranquilidad, pero para obtenerlas es necesario que le entreguemos el corazón, “Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan” (Proverbios 8:17), y en nuestra mente esté la seguridad de que Dios ejerce el control del mismo; esto no quiere decir que no tendremos problemas pues somos humanos y estamos sujetos a errores, pero el Señor, desde el corazón, efectuará las correcciones divinas para mantener el control.

El cristiano que busca lo mejor para su vida debe estar dispuesto a sembrar su corazón en Dios sometiéndolo a su voluntad y dirección; por cada promesa que Dios nos hace nos presenta un requisito previo referido a una acción, a un acto libre de nuestra voluntad, muchos cristianos dicen aceptar la voluntad de Dios pero con sus acciones muestran lo contrario, siguen su dirección hasta donde les conviene o hasta donde toca sus propios deseos.

Para escapar de la esclavitud del pecado debemos entender la necesidad de sembrar nuestro corazón en Cristo, como cristianos debemos darnos cuenta que no existe una forma de sustitución de este requisito; aún cuando no entendamos la voluntad de Dios o no coincida con nuestros deseos, si hemos rendido nuestro corazón nos daremos cuenta que como suceden las cosas es la manera providencial de lograr la voluntad de Dios.

Las preocupaciones desaparecen cuando un cristiano acepta la dirección de Dios, debemos creer que la sabiduría de Dios es superior a la nuestra, “Jehová con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia” (Proverbios 3:19), y que Él esta preocupado por nosotros.

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Luis Alberto Coria
Mi nombre es Luis Alberto Coria, estoy casado con Nora Griselda Correa y tenemos cuatro hijos. Soy un fiel seguidor de la palabra de Dios.

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