Edificados en Cristo, firmes en la fe

Sermones Cristianos

Sermones Cristianos Predica de Hoy: Edificados en Cristo, firmes en la fe

Introducción

El significado de este mensaje está en relación con las raíces y el fundamento en Cristo en un tiempo como el que vivimos. Tiempos llenos de incertidumbres y cambios, en los que es necesario tener un fundamento claro y sólido en Cristo para mantener una vida construida sobre la fe.

Todo se presenta como relativo cuando alguien tiene pensamiento débil en Cristo. Es por eso que admite cualquier postura con tal de evitar confrontaciones, o acepta todo tipo de afirmaciones aunque se contradigan porque la persona carece de principios sólidos.

Es decir que un pensamiento débil en Cristo es el de aquel cristiano que admite posiciones que no comparte, o acepta lo que le dicen aunque se contradiga con sus convicciones. Esto sucede porque la persona no tiene principios sólidos, bien asimilados, y tampoco confía en que el Señor tiene una legítima autoridad para gobernarle.

Vemos que el problema es doble. Por un lado desea ser incluido como un buen cristiano, y por otro, la falta de fundamento sólido le impide razonar con un mínimo de fe. Esto le hace incapaz de asumir y de defender alguna postura firme en Cristo, no existiendo el compromiso de defender la fe.

Frente a esta posición, no se admite una verdad para todos sino verdades personalizadas que no tienen nada que ver entre sí y generalmente se contradicen aunque se disfracen con la imagen de la tolerancia.

Leamos la Palabra de Dios

Colosenses 2:6-10 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”.

La libertad en Cristo consiste en la decisión personal de alcanzar el propósito que el Señor ha establecido para su vida. Pero para que la decisión sea correcta debe fundarse en la verdad. Es decir que hay libertad dentro de un marco, y es este el que marca la garantía de la elección. Pero hay algo más, es imprescindible amar la decisión, amar la verdad, y sobre todo, amar el propósito en Dios por alcanzar.

Buscando la verdad Edificados en Cristo

Quien busca la verdad no debe buscarla en sus propias seguridades sino en la única verdad manifestada en la Palabra de Dios. Y es esto lo que representa un avance en alcanzar la verdad. Aunque muchos profesores universitarios digan estar absolutamente seguros que la verdad es relativa, debemos saber que el verdadero peligro está en quien cree tener la razón y poseer la verdad.

Y un cristiano puede ser tolerante, pero sin que esto lo lleve a errores doctrinales. Pues por encima de la tolerancia debe tomarse la verdad de Cristo como fundamento. De manera que debemos respetar a toda persona pero teniendo claros los errores en los que se encuentre sumergida, y de igual manera se escuchan los puntos de vista de los demás, sus opiniones y el modo de aplicarlas en sus decisiones. Pero tratando de llevarlo al lugar más cercano a la verdad, por lo que debemos evitar la ambigüedad en las posiciones.

Edificados en Cristo: Los cristianos no creamos la verdad

Los cristianos no creamos la verdad, sino que la aceptamos y la hacemos valer. Con el esfuerzo la descubrimos, luego nos llena y nos permite salir de las tinieblas del pecado sin ninguna discusión intelectual. Y comprobamos que cuando la verdad y el amor a Dios se muestran, se vuelven comunes, sin ser herencia de unos pocos sino una tierra de conquista para todos aquellos que la buscan, y no hay accesos ni rutas exclusivas para unos pocos, ni privilegios ni monopolios, pues para llegar a la verdad hay un solo camino, Jesucristo.

Hoy el Señor nos exhorta a que edifiquemos nuestro proyecto de vida sobre la Roca para que no se nos caiga, ya que aunque seamos hombres o mujeres de Dios, vivimos una época que nos lleva por caminos de vientos que muchas veces se convierten en tempestades.

El Señor está viviendo nuestras vidas dentro de nosotros

El Señor está viviendo nuestras vidas dentro de nosotros, la de cada uno de nosotros en particular porque Él es quien nos creó. Aunque muchos creyentes piensan que una vez han creído en Jesucristo ya no tienen que esforzarse para mantenerse en el Camino, y se olvidan de construir sus vidas en la verdad de la Palabra de Dios, y claro, las vidas se desmoronan hasta el cimiento que es Cristo si guardan la fe, pero sufren la pérdida de lo que habían construido mal, “así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípuloLucas 14:33.

La prevención es la clave para evitar muchas enfermedades, y en lo espiritual, la garantía de una vida de bendición es la edificación en Cristo. La fe en Él y en Su Palabra, es la que produce la medicina que es el amor de Dios.

Y el problema que la medicina encuentra cuando se halla frente a una enfermedad es equivalente a la que encontramos en el hombre que no conoce a Cristo. Una persona que ha heredado un corazón egoísta, muerto espiritualmente, y enfermo de pecado, del que no brota el amor de Dios.

Donde “el amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará 1 Corintios 13:4-8.

Sin Dios

El hombre sin Dios es un enfermo terminal por el pecado. Y ese pecado produce como resultado un mundo y una sociedad que desde el principio abunda en egoísmo, impiedad y falta de misericordia.

El problema es que el mundo aprende de información errónea, de datos generados por su propia relatividad. El mundo ha sido engañado pues:

sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna1 Juan 5:18-20.

El mundo no entiende

El mundo no entiende que la solución pasa por una palabra que desconoce tanto como la palabra pecado, y es la palabra arrepentimiento, el cambio de mente o de forma de pensar, pues esto es lo que produce el cambio de información llevándoles a utilizar la información correcta, sin engaño, la verdad de Cristo que alimenta la fe.

Los cristianos anunciamos el pecado al mundo y su consecuencia. Pero además les llevamos la buena noticia de la Salvación para vida eterna. Frente a esto, muchos dicen que no creen para no asumir su responsabilidad o para huir de ella. Pero en la mayoría de los casos piensan que encontrarán un remedio en algún lugar que se amolde a su forma de pensar para poder seguir haciendo lo que le venía haciendo.

También están los que creen que no hay un remedio para sus vidas. Excusas con las que el hombre se cubre ante los demás. Pero todos sabemos que el mundo en que vivimos está construido sobre la arena del engaño del diablo, y es el resultado de no escuchar ni obedecer a Dios.

El resultado de una vida sin Dios

El resultado de una vida sin Dios es evidente. Pero la necedad del hombre le ciega en su orgullo que finalmente le lleva a la muerte eterna tras pasar por el sufrimiento de su enfermedad espiritual, que es la causa y origen de todas las demás cosas que les sucede por buscar las cosas de este mundo en vez de ser edificados en Cristo, y mantenerse firme en la fe, porque no beben del agua viva del Espíritu y porque para ellos Jesucristo no es el centro de sus vidas:

porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño. El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperadoIsaías 17:10-11.

Relación personal con Dios

La relación personal con Dios debe ser edificada a través de Jesucristo. Entrando por la puerta estrecha es que tenemos acceso a Dios, edificada sobre la Roca. Mientras que el hombre sin Cristo construye sobre la arena de la tradición, del conocimiento y de los propios conceptos y criterios, y es por esto que su vida se cae al venir la tormenta.

Los proyectos del cristiano deben estar edificados en Cristo. Cualquier proyecto de nuestras vidas debe tener las medidas, los tiempos, las motivaciones y objetivos de Dios, no los nuestros.

Planificar sin Cristo

Planificar sin Cristo es construir sobre la arena de los argumentos del mundo, los consejos de amigos del mundo, de la familia, y de todas las fuentes de información y experiencia humana y de tradición que sean contrarias a la Palabra de Dios. Mientras que si son de Cristo son de bendición y de edificación, para eso tenemos la Palabra de Dios y nuestra relación personal con Dios en Cristo.

Y una vez nuestra vida está fundada sobre Cristo, la clave para sobreedificar está en saber cuál es Su voluntad como lo hizo Gedeón, quien pidió señal a Dios antes de la batalla, Jueces 6:36-40, para eso tenemos la oración y los momentos de soledad con el Señor para escuchar Su voz, porque nuestro Dios nos habla al corazón.

Conclusión

Sobre Cristo es sobre quien debemos edificar nuestra vida si es que escuchamos la Palabra de Dios, y para que en nuestro interior fluyan ríos de agua viva.

Hagamos disminuir el ego, la mente del anticristo, el pecado que produce la muerte espiritual, pues eso nos hace estar lejos de la presencia de Dios, recordando que quien no tiene a Cristo, no tiene la vida. Edifiquemos nuestras vidas, nuestros matrimonios, nuestros hijos y familias, nuestros trabajos, nuestras finanzas, y edifiquemos la Iglesia, en el amor con el que nos ama Dios.

© Ricardo Hernandez. Todos los derechos reservados.

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Ricardo Hernández
Siervo de Jesucristo.

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