Dios Bendice Al Obediente

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas… Texto Biblico: Mateo 6:9-13

Introducción

¿Quieres ser bendecido? Los estudios bíblicos y la predicas cristianas nos enseñan que la obediencia a Dios tiene muchísimo poder, es algo que hacemos todo el día, no solo cuando oramos ó ayunamos.

Tu puedes ayunar un día, 2 ó 21 días, pero debes obedecer a Dios todos los días de tu vida; puedes orar 5, 10 ó 15 minutos, una o 2 horas, pero vas a obedecer a Dios todo el día. La obediencia a Dios tiene mucho poder para obtener las bendiciones a nuestra vida.

Dios es nuestro Padre y nuestro Pastor, Él desea que no nos falte nada. El Salmo 23 dice: “Jehová es mi Pastor nada me faltará”. Jesús le dice a la gente en Mateo 6:33: “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. A lo largo de toda la Biblia vemos que el deseo de Dios es que nada nos falte.

Las promesas de Dios

Ahora bien, ¿Las promesas de Dios son algo que la gente le pidió a Dios ó algo que Dios expresó a la gente? No fue algo que la gente pidiera, fue algo que Dios expresó a las personas. Debemos entender eso para entender lo que Dios expresa a través de las Escrituras.

Así que la Palabra del Señor nos dice que si creemos como ovejas que Él es nuestro Pastor nada nos hará falta y que si buscamos su reino y su justicia las demás cosas nos serán añadidas.

Cuando nosotros oramos nos metemos más con Él y lo conocemos más. Y no es lo mismo conocer la Palabra de Dios que al Dios de la Palabra. Debemos conocer ambos, porque si yo conozco a la persona, quiero saber que dice, y si conozco lo que dice, quiero conocer a la persona que lo dijo.

El Padre Nuestro

En el Padre Nuestro, cuando llega el momento de pedir el pan dice: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” ¿El pan de cuantos días? Cuantos días te lo diga tu fe. Si cambiamos la palabra “pan” por “provisión”, en ese verso porque nuestra provisión, nuestros ingresos, es lo que Dios nos dio para que nosotros compremos el pan.

Un día escuche de un predicador algo que me impacto mucho, él dijo así: “Dios esta interesado en tu dinero, porque con tu dinero tu comes, tu te vistes y mantienes a tu familia, y tu no puedes separar eso de Dios. Si Dios no tiene que ver con mi dinero, puedo decir a mi Dios que no es Él quien me da de comer, sino mi dinero”. Dios tiene que ver y quiere ver con tu trabajo porque es la provisión de Él para que tu consigas el ingreso para comer ese pan.

Lo que más me impresionó a mí, no es que sea el pan de cada día, sino que es el pan nuestro; lo que quiere decir que Dios tiene cosas que son nuestras. Y si Él esta hablando de que tiene cosas nuestras, ¿será que las quiere tener para siempre y no dárnoslas?

Esto es algo que está en un modelo de oración, o sea que la gente que es prosperada por Dios es gente de oración. No es gente que consigue sus aumentos de salario sólo a base de buen trabajo, hay que trabajar bien. No es gente que consigue buenos negocios sólo a base de la gracia que tiene para la negociación y tiene un buen acercamiento a sus clientes para hacer bien el cierre. Es gente que lo consigue en oración.

¿Por qué conseguir la vida de prosperidad en oración?

Porque orando uno es redargüido también y uno no se puede hincar a pedirle cosas a Dios e ingresos con malos motivos. Cuando uno pide en oración, el corazón de uno es transformado para saber que pedir de acuerdo a la voluntad de Dios. A la vez que estás yendo a pedir el pan de cada día, o el ingreso que necesites para cada día, estas siendo transformado, porque nadie puede ir a pedir en oración lo que no esta bien.

Los estudios bíblicos y la predicas cristianas nos enseñan que quien verdaderamente tiene la prosperidad de Dios es la gente de oración. Dios es tan lindo que relaciona lo material con lo verdaderamente espiritual que llegas a ser. No puedo pedir para no dar, porque entonces estoy siendo un avaro delante de Dios y no un generoso.

La prosperidad nos puede gustar pero no la debemos amar.

No es lo mismo que algo te guste a que lo ames. Nos deben gustar las bendiciones de Dios. Menospreciarlas es rechazar al Dios que las produce; pero debemos amar al Dios que las produce, no su producción.

La Palabra de Dios nos va a enseñar nuevamente que cuando buscamos su reino y su justicia, la bendición nos va a seguir. En Romanos 10:8-10 dice: “Mas ¿qué dice? Cerca de ti esta la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.

La Palabra de Dios esta cerca de ti, en tu boca y en tu corazón. Estas son las dos partes en las que debe de estar la Palabra, porque debe de morar en el corazón y expresarse con la boca. Cuando tú le abres tu corazón a Jesús y lo recibes y confiesas que eres salvo, lo crees con el corazón para justicia, pero con la boca lo confiesas para salvación.

Cosas pasan cuando le abres tu corazón a Jesús.

Hay quienes ya han abierto su corazón a Jesús, pero no lo han abierto a la Palabra. Si Jesús ya entró en tu corazón y ya te hizo salvo, debes de abrirle tu corazón a su Palabra, porque te quiere bendecir.

Algunas personas dirán que ya lo hicieron, porque Jesús es el Verbo, es la Palabra, pero no es lo mismo la gente que abre su corazón a Jesús, a su Palabra y a la presencia del Espíritu Santo, porque no es igual abrir tres veces la puerta, que abrirla solamente una vez. Ábrele tu corazón a la Palabra y deja que este en tu corazón y que la presencia de Dios te inunde.

Cerca de ti esta la Palabra, en tu boca y en tu corazón. Ábrele tu corazón no sólo a Jesús, sino también a su Palabra y a su poderosa presencia y tu vida será transformada.

© Cesar Cruz. Todos los derechos reservados.

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