La Viuda De Naín

Bosquejos Biblicos

Lucas 7:11-17Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14 Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. 15 Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16 Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. 17 Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.

Vers. 11 (después de sanar al siervo del centurión). Jesús iba a Naín.

El pueblo de Naín es una aldea pequeña en la ladera noreste de la montaña llamada el pequeño Hermón. Está como a 13 Kms. al sudeste de Nazaret, y todavía retiene el nombre en la forma de Neín.

Iban con él muchos de sus discípulos (muchos seguidores de Jesús).

Iba con él una gran multitud (a la multitud le gustaba estar cerca de Jesús. Jesús daba grandes enseñanzas, hacía milagros, sanaba enfermos, liberaba a personas endemoniadas, por las respuestas que daba a los fariseos, saduceos y escribas, por los panes y los peces, etc.).

Esta era una multitud que celebraba

Vers. 12Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.”

Cuando Jesús iba a entrar en la ciudad, le seguía una muchedumbre, pero venía otra muchedumbre acompañando a una viuda.

En Oriente, el entierro de un muerto se efectúa poco tiempo después de producirse la muerte, usualmente el mismo día.

Hijo único de su madre, la cual era viuda. Esta mujer había perdido a su marido en el pasado, y ahora a su único hijo. Un hijo con una vida por delante, con sueños y retos. Sería difícil la vida para esta viuda, sin estos hombres (ganadores de pan) que la ayudaran en la sociedad en la que vivía, sin medios de apoyo tendría que valerse por sí misma en una sociedad donde la mujer no era muy valorada. Esta viuda estaba emocionalmente devastada y sus lágrimas eran por la gran aflicción en la que se encontraba.

Había con ella mucha gente de la ciudad. La tristeza por el fallecimiento de este hijo único de la viuda había movido a muchos a apoyar a esta viuda en el entierro de su hijo.

Vers. 13Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella.”

Aquí Lucas usa por primera vez el término Señor en su evangelio. El Señor Jesús la vio. Es que había algo más profundo que la realidad que se estaba viendo. Aplicación: ¡Qué bueno que el Señor no está ajeno a nuestras circunstancias y a nuestra condición! El quiere ayudarnos, librarnos, restaurarnos, obrar a nuestro favor. Así como Zaqueo, Bartimeo y muchos otros más, esta viuda obtuvo una mirada del maestro y su compasión. Era común que el Señor Jesucristo tuviera compasión de aquellos que estaban padeciendo.

Como dice la alabanza: cuando el Señor Jesús pasa, todo cambia, todo se transforma, se va la tristeza, queda la alegría.  Le dijo: no llores. El Señor Jesús quiere cambiar nuestra aflicción presente por su gozo y bendición. (Mateo 5:4Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.”)

A esta viuda en particular, el Señor le dijo que dejara de llorar. Ella debía confiar en Jesús, observar su poder sobre la muerte y creer en Él.

En medio de una gran expectación…

Lucas 7:14Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron.”

Habría sido fácil para los que cargaban el féretro seguir caminando. Otros quizá habrían tratado de tocar el féretro y no se lo habrían permitido, ya que la procesión fúnebre tenía que continuar. Pero en esta ocasión fue Jesucristo el que tocó el féretro. Jesús detuvo el entierro. Al tocar un féretro se hacía ritualmente impura la persona. Algunos habrán pensando en qué loco sería este que le dijo a la viuda que no llore y que vino a tocar el féretro.

Era el Rey del cielo y de la tierra el que había tocado el féretro. Su soberanía no tiene límites. (“Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.”). El dador de la vida en un instante cambió el panorama fúnebre. Cambió el destino de muerte de este joven por uno de vida. Si este joven murió condenado iba rumbo al infierno, pero ahora tendría una oportunidad de creer en Jesús, aquel que le había levantado de la muerte, en aquel que es la resurrección y la vida.

Vers. 15Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar.”

Recobró la vida este joven que había muerto. Al instante abrió los ojos. Estaba hablando y no había quien lo callara. ¡Qué impactante debe haber sido para aquel grupo original de personas que llevan el féretro y los que hacían lamentación y acompañaban a aquella viuda haber experimentado este milagro! El joven había muerto hacía varias horas. La muerte es la separación del alma y el espíritu del cuerpo. Jesucristo resucitó a este joven.

Aplicación evangelística sobre la muerte:

La mayor parte de las personas que mueren en este mundo van para el infierno, al poner su confianza en religiones muertas, en tradiciones de hombres, en líderes religiosos muertos y al no ponerla en la sangre de Jesucristo. En la sangre de Jesucristo tenemos la redención, el perdón de nuestros pecados. El que no creyere en Cristo será condenado por la eternidad. El que tiene a Cristo está seguro, porque la salvación es por una fe inquebrantable en lo que hizo en la cruz por nosotros.

¿Estás seguro de tu salvación?, ¿si tú mueres hoy estás seguro de que irás al cielo?

Y lo dio a su madre. Aquello cambiaba el panorama. Ahora, con su hijo vivo no había necesidad de continuar llorando, sino más bien de alegría. Ya no sería más una viuda triste y afligida. Ya las lágrimas y sollozos serían de alegría. Dios había obrado milagrosamente levantando a este joven del féretro.

Ahora ella podría ver a Jesús y decirle “verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.”

*El joven aquí es un personaje secundario. Los personajes principales son Jesús y la viuda.*

(Comentario Jamieson-Fausset-Brown): ¡Qué majestad y gracia unidas resplandecen en esta escena! ¡La Resurrección y la Vida en carne humana, con una palabra de mando, vuelve la vida al cuerpo muerto; la Compasión encarnada cita su poder absoluto para secar las lágrimas de una viuda!

Vers. 16Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.”

Este evento produjo temor en las personas.

Este evento produjo alabanza en las personas, ya que reconocían que Jesús era un gran profeta que se había levantado entre ellos. Quizás muchos recordaron a Eliseo y el hijo de la viuda que fue levantado de la muerte. Este evento produjo alabanza en las personas, reconociendo que Dios había visitado a su pueblo. *Era más que un gran profeta el que estaba entre ellos: era Emanuel (Dios con nosotros).*

Los discípulos, la multitud que andaba detrás de Jesús y la muchedumbre de personas que iban al entierro ahora prorrumpían en alabanza. (Vers. 17Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.”). La fama de Jesús se extendía por toda Judea, y por toda la región de alrededor.

Conclusión:

Jesús se movío a compasión por el dolor y quebranto de esta viuda. El todavía se mueve a compasión por causa de nuestro dolor. El es Soberano y Todopoderoso y puede cambiar tu aflicción y tristeza por gozo. Que Dios vea tu dolor y tu tristeza y tenga compasión de ti y cambie tu panorama por uno que traiga gran alabanza a su nombre y acción de gracias.

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Joel Bethancourt

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