Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Texto Biblico: “y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.” (Lucas 7:38)
Cuando Jesús estuvo en su ministerio predicando el mensaje de salvación y sanando enfermos era invitado por muchas personas a sus casas. Algunos de ellos eran sus amigos íntimos como Lázaro o en la casa de alguno de los apóstoles. Pero otras veces acudía a casa de algún funcionario o líder religioso que no siempre tenían la intención de escuchar sus palabras sino buscar algún tropiezo en Él.
Muchas personas se agolpaban también alrededor de Jesús por curiosidad, por necesitar algún milagro o por conocerle. Algunos eran pecadores y podían ser alcanzados con el mensaje del Señor.
Saber de Dios
Este fue el caso de este relato en Lucas 7, un fariseo le pidió a Jesús que comiera con él. Jesús acepta, pero las intenciones del personaje no están claras, pero lo vemos en el versículo treinta y nueve criticando al Señor.
Era un líder religioso de la época. Pero este personaje religioso no es importante en la historia. Quien es importante en el relato es una mujer pecadora. Así como esta mujer hoy día debemos estar conscientes que no es importante quien tenga la mejor apariencia. No es para Dios más importante el que tenga la mejor reputación, sino el que tenga un corazón cercano a Él y dispuesto.
Esta mujer pecadora se enteró que Jesús estaba en la casa del fariseo y fue a esa casa. Esa es la actitud que Dios busca. Dios se interesa en los que buscan acercarse a Él. Ella dijo el Maestro está cerca es mi oportunidad de acercarme a Él. Todo el pueblo sabía que ella era pecadora, pero eso no le importo. No le importaron las críticas de los demás, porque todos seguramente emitieron juicio, pero el único juicio que importa es el de Dios.
El fariseo también emite juicio cuando esta mujer se acerca al Señor porque no podía él permitir que una pecadora se acercara. Jesús en cambio dejó que ella se acercara.
Adoración perpetua
Lo que la mujer hizo para nada pasó desapercibido esa noche. Estando Jesús y todos los demás a la mesa se acercó por detrás del Maestro y comenzó a llorar y con sus lágrimas regando con sus lágrimas los pies de Jesús. Con sus cabellos enjugaba los pies del Señor.
A esta mujer no le importo la crítica de los demás, solo quería estar a los pies de Jesús. Esto realmente es adoración. Este tipo de adoradores Dios busca. Dios quiere que seamos agradecidos con Él. Dios nos ha perdonado todos nuestros pecado y busca que seamos agradecidos en Él. Dios quiere que estos a sus pies y le demos gloria. Dios quiere que le sirvamos y derramemos todo nuestro ser delante de Él.
Para nada esto fue algo normal en aquel momento. A Jesús tampoco le importan las críticas de los demás, solo si tenemos el corazón agradecido por lo que Él hizo por nosotros. Eso es lo que a Él le importa. No quiere que seamos religiosos y aparentemos por fuera pureza y nuestro interior esté lejos de Él. Jesús no ve las apariencias sino el corazón.
Un perfume para Dios
La mujer continuó, después que hubo lavado los pies con sus lágrimas los besaba. Esto es amor verdadero por el Señor. Lloraba y besaba los pies del señor pues sabía que Él era Dios mismo. Tomó un perfume y ungía los pies del Señor.
Imaginemos esa escena y singular. Pensemos como esa habitación se llenó del aroma del perfume. Pero la mujer quería que ese aroma lo sintiera Jesús, para Él era todo. La habitación se llenó de ese perfume y Jesús pudo percibirlo.
Dios quiere que nuestra vida sea como un perfume agradable a Él. Quiere que le adoremos en espíritu y verdad. Quiere que toda nuestra vida esté totalmente dedicada a Él y que cada acción que hagamos sea para adorarle. Que todo lo que hagamos en nuestro día a día sea una completa adoración al Señor. Busquemos que nuestra adoración llegue hasta su presencia como un perfume agradable.
Como esta mujer debemos ser agradecidos con Dios y adorarle de forma singular. No como estamos acostumbrados religiosamente sino ser extremos en nuestra adoración a Dios. Para que Dios se agrade y la reciba como un perfume.
Dios perdona pecados
Al final Jesús le dice a la mujer que sus pecados le fueron perdonados y que era salva por fe. A quienes hemos creído en el Señor se nos ha dicho que nuestros pecados han sido perdonados, aunque hayan sido grandes. Debemos estar, como esta mujer, agradecidos con Dios. El que se nos haya perdonado todos nuestros pecados amerita que nos postremos delante del Señor y derramemos nuestra alma ante sus pies. Amerita que le adoremos con todo nuestro corazón y besemos sus pies.
© Mauricio Alvarez. Todos los derechos reservados.
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