Navidad: El Propósito

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Descubriendo El Propósito de la Navidad: Una Reflexión para Mujeres

Mensaje Cristiano Lectura Bíblica: 1 Juan 1:1-4

Introducción

Amadas hermanas en la fe, nos reunimos en esta temporada bendita para compartir y reflexionar juntas. La Navidad, con su luz y colorido, nos invita a mirar más allá de lo cotidiano y encontrar el significado más profundo de esta celebración.

No es solo una época de regalos y adornos, sino un momento para recordar y vivir el amor más grande que jamás se ha conocido: el amor de Dios manifestado en Jesucristo. En esta ocasión, quiero invitarlas a un viaje del corazón, explorando juntas lo que realmente significa la Navidad y cómo puede transformar nuestras vidas.

I. La Navidad es un recordatorio del amor de Dios

Queridas hermanas, al acercarnos a la Navidad, sentimos un calor especial en nuestros corazones. Este calor proviene del amor de Dios, un amor tan inmenso que nos dio lo más precioso. Juan 3:16 lo dice claramente: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito”.

Cada luz, cada adorno, nos recuerda este regalo sublime. En Romanos 5:8, encontramos una promesa: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. ¿Qué mayor muestra de amor puede haber que esa?

En Lucas 1:31, el ángel anuncia a María un milagro: “Concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo”. Ese hijo, Jesús, es la manifestación viva del amor de Dios. En cada Navidad, celebramos no solo su nacimiento, sino también el amor que trajo al mundo. Isaías 9:6 nos lo describe poéticamente: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado”. Así, en cada Navidad, recordemos este amor y celebremos la llegada de Jesús, nuestro Salvador.

II. La Navidad es un tiempo de reflexión y gratitud

En esta hermosa temporada, nos detenemos a reflexionar sobre las bendiciones que hemos recibido. Santiago 1:17 nos dice: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto”. ¿No es maravilloso pensar en cómo Dios ha derramado su gracia sobre nosotros?

El Salmo 136:1 nos invita a dar gracias: “Alaben al Señor porque él es bueno; su amor perdura para siempre”. En la Navidad, nuestra gratitud se intensifica al recordar el nacimiento de Jesús. Efesios 5:20 nos enseña a estar “dando siempre gracias a Dios Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

Al agradecer, nos llenamos de una paz profunda, esa paz que encontramos en las promesas de Dios, como en Lamentaciones 3:22-23: “Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias”. Así, cada Navidad, celebremos con corazones agradecidos, recordando que 1 Tesalonicenses 5:18 nos insta a “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios”.

III. La Navidad nos inspira a compartir y ser luz para los demás

Finalmente, la Navidad nos inspira a llevar el amor de Dios a los demás. En Mateo 5:14 el Señor nos llama a ser la luz del mundo, y qué mejor momento para brillar que en Navidad. Y en Hechos 20:35 el apóstol nos recuerda la alegría de dar: “Más bienaventurado es dar que recibir”.

Al compartir con los demás, reflejamos el amor y la compasión de Jesús. Es por eso que 1 Pedro 4:10 el apóstol nos alienta a usar nuestros dones para servir a otros: “Cada uno use el don que ha recibido para servir a los demás”. En esta época, nuestras pequeñas acciones pueden significar mucho para alguien.

Además, en Gálatas 6:2 se nos anima a llevar las cargas de los demás, mostrando así la bondad y el cuidado de Dios en nuestras vidas. Y en 1 Juan 3:18 se nos desafía a amar no solo de palabra, sino con acciones y en verdad. Que esta Navidad sea un tiempo para actuar con amor, siendo un reflejo de la luz y la esperanza de Jesús. Como dice el Salmo 100:2: “Servid al Señor con alegría”. Que nuestra alegría contagie a otros y les muestre el amor de Dios en esta hermosa temporada.

Conclusión

Hermanas, hemos recorrido juntas el verdadero significado de la Navidad, reflexionando sobre el amor, la gratitud y la importancia de compartir. Ahora, con nuestros corazones llenos de esta verdad, os invito a llevar estos mensajes a nuestras familias, amigos y comunidades. Que no solo hablemos del amor de Dios, sino que lo mostremos en cada acción.

Les animo a buscar oportunidades para compartir, para ser luz en la oscuridad y para expresar nuestra gratitud no solo con palabras, sino con actos de bondad y compasión. Recordemos que cada pequeño gesto de amor es un eco del amor que Dios nos ha mostrado.

Esta Navidad, seamos un reflejo vivo del amor y la esperanza que Jesús trajo al mundo. Vayamos y brillemos con la luz de Cristo, llevando alegría y paz a todos los que nos rodean. ¡Que Dios les bendiga y que tengan una Navidad llena de amor y bendiciones!

© Hilda T. Hernández. Todos los derechos reservados.

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