Predicaciones Cristianas
Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
La pasión de Cristo fue la entrega única, total e incondicional del Señor Jesucristo por las almas perdidas, su infinito y eterno amor por ellas, aún cuando muchos de sus siervos lejos estamos de vivir ese amor sin límites por el Señor, que nos lleve a amarle y entregarnos totalmente a Él, a tener esa misma pasión de Cristo por las almas, que podamos nosotros sentir ese inmenso amor por ellas con que Cristo amó y se entregó por toda la humanidad, sin acepción de personas, sin posición, sin diferencias de bandera, raza ni color; que ese amor por ellas pueda estar ardiendo en nuestros corazones llevándonos e impulsándonos a continuar su trabajo aquí en la tierra hasta su próxima venida.
La responsabilidad que el Señor Jesús dejó a sus siervos es muy grande y no todos la toman; Mateo 28:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
Él envió a sus discípulos a predicar a toda criatura llevándoles el mensaje de amor y salvación, hasta que la tierra sea llena de su conocimiento, Él vino a salvar la humanidad, su deseo es que todos sean salvos y reciban vida eterna.
Lo cierto es que hay una gran parte de la tierra que no conoce de Cristo, que están sin Dios y sin esperanza, a los que Él ha preparado y capacitado para llevar las buenas nuevas, no lo están haciendo, otros lo hacen a media, otros se han vuelto religiosos y en vez de mostrar la gloria de Dios muestran errores humanos que nada aprovechan para la salvación.
Cuantas prohibiciones presentan que Cristo no las dejó establecidas en su palabra, que lo único que hace es ponerles tropiezo y cortarles el camino a la salvación Romanos 14:13 “Así que ya no juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo ni ocasión de caer al hermano. Yo sé y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo; más para el que piensa que algo es inmundo para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quién Cristo murió”.
Muchos de sus siervos no se preocupan en llevar las buenas nuevas, en mostrar al Cristo resucitado; en vez de esto se preocupan por pequeñeces que nada aprovechan para la salvación, muchos quieren ser maestros del bien y lo único que hacen es confundir a los que no tienen a Cristo en sus corazones haciéndoles mas difícil el camino de la salvación.
Es tiempo de que los escogidos por Dios para predicar su palabra se pregunten si el trabajo que se está haciendo para el reino del cielo es lo que a Dios le agrada, o algunos se están extraviando de la verdad y se están volviendo religiosos prohibiendo lo que Dios no prohíbe, haciéndose mas justos y perfectos que Dios mismo, siendo engañados y engañando a otros, porque la palabra nos dice que nadie va a ser salvo por sus obras sino por la fe en el Hijo de Dios Efesios 2:8 “Porque por gracias sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe.” por su único y perfecto sacrificio de Cristo en la cruz”.
Dejar la obra de santificación para el Espíritu Santo de Dios y no constituirse en jueces sino llevar la palabra de Dios como está escrita sin añadirle ni quitarle y ser hacedores de ella, no poner como siervos del Dios Altísimo mas carga de las que el Señor les ponga a las almas perdidas que buscan un alivio a sus dolores, que buscan una salida a sus problemas, que buscan ese Cristo de amor y misericordia, que buscan quien les ayude y quién les comprenda, que buscan a ese Dios invisible que solo los que le conocen verdaderamente pueden testificar de Él y de su infinito amor, salvación y vida eterna.
Él Señor está a las puertas, quiere entrar a tu corazón y ser el Señor de tu vida, quiere cambiar tu religiosidad, Él quiere hacer de ti una sierva de Dios transformada por su amor, llena de su misericordia, de su gracia y de su presencia, llena de su unción, llena del conocimiento de su Gloria, llena del poder de su Espíritu Santo para ministrar en su Poder y en su Gloria, dejando la religiosidad que traías antes de ser cambiada en una verdadera hija del Dios Altísimo.
Cuantas veces se ha ministrado a las almas perdidas equivocadamente y en vez de llevarlas a los pies de ese Dios de amor y misericordia se les presento un Dios de terror, que castiga, que destruye, que no tiene misericordia y en vez de acercarlas al Señor se las hizo retroceder, y se apartaron sin conocer al verdadero Dios de amor Mateo 9:13 “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”.
Cristo es el que llevó todos nuestros pecados y por sus llagas hemos sido sanados (Isaías 53:5) no para los que se llaman siervos de Dios les pongan cargas que ni ellos mismos pueden llevar, no para que les hagan sufrir y tropezar, sino para llevarlos a los pies del salvador para que sea sanada su alma y ungidos con aceite sus corazones.
Es muy importante tener en cuenta y reflexionar sobre lo que se está dando a las almas y que les está entregando, si verdaderamente se está predicando la salvación al mundo o se está apartando a las almas perdidas de la salvación tan preciosa que ganó Cristo a través de derramar hasta la última gota de su sangre por la humanidad, que el temor de Dios esté sobre los corazones de sus siervos para hacer la voluntad de Él y no tomar con liviandad la Palabra del Señor, dejar de atemorizar a las almas y llevarles la palabra verdadera que ha dejado para que sea predicada, dejando al juicio de Dios lo que a Dios le pertenece, no querer poner las manos donde el Señor no ha indicado, no ser atrevidos e irreverentes como fueron los hijos de Aarón que tomaron fuego extraño sin que Dios le indicara Levítico 10:1 “Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron icienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño que el nunca les mando”
Ellos obraron con presunción, ligereza y precipitación, errores que los ministros de Dios deben tener en cuenta para no cometerlos porque estos costarían nada más y nada menos las almas que Cristo a ganado al derramar su sangre por ellos en la cruz del Calvario.
Sierva amada del Señor Jesucristo, que la misma pasión, compasión y misericordia de Cristo por las almas perdidas esté llenando tu corazón, que su misma unción este llevándote a nuevos desafíos y transformación en tu vida ministerial.
Siendo este mensaje una revelación de Dios, para estar preparadas para no caer en irreverencia al Dios de la Gloria, y poder ser mensajeras de Amor, de Paz y de Salvación, sin dejar de predicar su verdad, llevando las almas al arrepentimiento, para que puedan recibir el perdón por sus pecados y vida eterna Hechos 5:31-32 “A este, Dios a exaltado con su diestra por príncipe y salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecado. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen”.
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