Más que vencedores

Ilustración

Podríamos decir que el hombre es como una empresa, donde hay varios inversionistas. Unos poseen un porcentaje de las acciones de la empresa, y otros poseen otra parte de las acciones. Digamos que el hombre que tiene mezcla es la empresa, los inversionistas podrían ser:

  • 1) Dios
  • 2) El mundo
  • 3) La carne
  • 4) El diablo

Entonces cada accionista estar reclamando lo que por derecho le corresponde. El mundo reclama su mundanidad, la carne reclama su carnalidad, el diablo reclama su pecado. Por esto es que Dios nos quiere solamente para él, Dios es un Dios celoso, y no comparte su gloria con nadie.

Por esta razón es que Dios quiere que lo del mundo, de la carne, y las obras de Satanás. Mueran en ti, para que así él pueda usarte para su gloria y honra. (Salmos 18:25; Josué 24:14; 1 Reyes 9:4; Job 27:5; Proverbios 10:9,11:3)

Por esto digo que Satanás reclama lo suyo, es necesario que nosotros nos despojemos del viejo hombre (del viejo hombre de pecado, del cual Satanás es dueño) para que el no reclame nada en nosotros. (Efesios 4:22-25). 

Así es que, si usted esta en Cristo nueva criatura es (2 Corintios 5:17). La vida pasada ya no tiene tanta importancia, al menos a Dios ya no le interesa. Le interesa más su vida presente y futura, al único que le interesa su vida pasada es al acusador de su alma.

Cuando Satán venga a querer decirle algo de su vida pasada dígale: La Biblia dice que Dios sepultó mis iniquidades, y hecho lo en lo profundo de la mar mis pecados. (Miqueas 7:19)

También son hechos hijos y sí hijos herederos. “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12)

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Porque no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y sí hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:14-17)

Por esto somos más que vencedores del pecado, por medio de la sangre de Jesús de Nazaret.

La segunda razón por la cual somos más que vencedores

b) Porque creemos que estamos donde la Biblia dice que estamos:

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Héctor Rodríguez

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