Predicas Cristianas… Predicaciones Cristianas
Marcos 11:12-14 “Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos”.
El propósito de Jesús fue hacer de ello una parábola para enseñar a sus discípulos acerca de la apariencia de los creyentes, esa apariencia que algunos ostentan de tener frutos cuando en ellos realmente no puede encontrarse nada, solamente se trata de apariencias, son árboles frondosos pero que no han dado ningún fruto, como dice la palabra en Apocalipsis 3:14-19, estos son los creyentes que creen estar bien con Dios pero con sus obras le niegan y sus frutos no son puros ni verdaderos, estos son los creyente que no buscan ser enriquecidos espiritualmente, unidos al autor de la vida y de la fe; estos son los creyentes que están en peligro de ser maldecidos como la higuera, un día su apariencia será destruida y se mostrará su verdadera identidad.
Uno de los pecados de los creyentes es el de la religiosidad
Solo mantienen una vida espiritual regida por normas, muchas veces establecidas por el hombre, pero no dejan que el Espíritu Santo se mueva verdaderamente dentro de ellos; estos son los creyentes carentes de fe, arrepentimiento, amor, y por consiguiente, servicio.
FE: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y es galardonador de los que les buscan” Hebreos 11:6; como dar frutos de arrepentimiento si no creen en Dios como el autor y consumador de la fe; Jesús es el autor y Señor de todas las cosas, por él fueron creadas y para el, para la gloria de Dios Padre y sus verdaderos hijos saben que ya no viven para si, sino para aquel que les llamó de las tinieblas a su luz admirable para dar testimonio de que el vive por los siglos de los siglos. Amén.
Arrepentimiento: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” Lucas 3:8, un verdadero arrepentimiento es un cambio radical de vida, actitud, pensamiento y obra; arrepentirse es abandonar por completo el pecado para llevar obras y vida de testimonio que glorifiquen a Dios; un genuino arrepentimiento producen frutos dignos de justicia, frutos de verdadero amor por Dios y su prójimo.
Amor: “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor; permanece en Dios, y Dios en él” 1ª Juan 4:16, el verdadero amor de Dios ha sido derramado en los corazones de quienes tienen una fe verdadera en Jesucristo, y Él mismo es testimonio de ese amor incomparable por la humanidad, el verdadero amor de Dios en los corazones de sus hijos es mas que una palabra o un sentimiento, es una forma de vida en una actitud constante por el bien y por los demás.
Servicio: “Porque ellos mismos cuentan de nosotros, la manera de cómo os recibisteis, y como os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero.” 1ª Tesalonicenses 1:9 , la verdadera fe en el Señor Jesucristo produce arrepentimiento, un arrepentimiento genuinos da frutos dignos que llevan al amor verdadero en Dios; los frutos de amor se muestran por las obras y el servicio en su reino, estos son los verdaderos hijos de Dios que conocen a su rey y Señor y esperan lo por venir.
Aquellos creyentes que viven en la apariencia, ostentando frutos que no tienen, no pueden servir en la obra de Dios puesto que para hacerlo es necesario estar lleno de fe y de su amor, sabiendo que allí están haciendo tesoros en los cielos que es de donde esperan el galardón.
Son los hijos de Dios que no han puesto la mirada en las cosas de la tierra que son temporales, sino en las cosas eternas, en Dios y su reino, que aman a Dios que solo le quieren agradar a Él dando buenos frutos, de un arrepentimiento genuino que no avergüence a Dios y al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Son los creyentes que están seguros de que les espera una gran recompensa que no se puede igualar a la que el mundo les da, son los verdaderos hijos de Dios que conocen al Dios vivo, que creen que después de este pasar en la vida terrenal les espera una vida eterna que está guardada para todos los que aman a Jesús y comprenden que vale la pena guardar su salvación con temor y temblor “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” Filipenses 2:12; que saben guardarse del mal, de toda tentación y de las obras engañosas de Satanás que les llevaría al camino de la perdición y de la muerte eterna.
La fe sin obras esta muerta, así como las obras no pueden ser hechas sin la fe; Jesús, al maldecir la higuera la maldijo desde la raíz para que así como no tenía fruto no tuviera hojas para que no engañe con su apariencia, (Santiago 2:17). Un creyente que dice serlo debe mostrarlo en sus hechos y actitudes, con obra y no en sus palabras, en su forma de ser, de pensar y de vivir.
El fruto de las obras nace desde la raíz de la verdadera fe, esto es “hechos” y “no palabras”, aquellos que viven de las apariencias solamente hablan de cambios en su vida pero los hechos de su testimonio dejan claro que lejos esta de tener verdaderos frutos del espíritu dentro suyo, (Gálatas 5:22).
La raíz es la que alimenta el fruto, y si no hay fruto es que la raíz está muerta, todo creyente debería analizar su vida espiritual para contar sus frutos y no vivir en la equivocación de creerse una verdadero hijo de Dios cuando no lo es, recordemos que el hombre o la mujer que tiene solo apariencia de creyente, lentamente va hacia la muerte espiritual.
El propósito de Dios es que todos sean salvos, (Romanos 8:32).
Dios entregó su amado Hijo Jesucristo para que todos los que el creen no se pierdan sino que reciban vida eterna, el no vino a condenar al mundo sino que el mundo sea salvo por Él, solo el hombre se condena a si mismo al no recibir la gracia redentora derramada en la cruz del calvario por el único redentor y salvador nuestro Señor Jesucristo.
Si tu vida está en una condición de apariencia, Dios tiene de ti misericordia y te está llamando al arrepentimiento, que te vuelvas a él para recibir vida y vida en abundancia.
Dios es amor, te ama y lo demostró por cuanto pago el precio mas alto por tu vida al derramar su sangre preciosa en la cruz para que seas salva de la ira venidera, solo tu tienes el poder de elegir entre la vida que Jesús te ofrece o la muerte eterna que el mundo y Satanás te regala.
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