La lámpara y el espejo

Reflexiones Cristianas

Reflexiones Cristianas: La lámpara y el espejo

En un pequeño pueblo sin electricidad, vivía un hombre con una lámpara brillante. Cada noche, encendía su lámpara para iluminar su casa. Aunque su luz era clara, solo podía alcanzar tan lejos.

Un día, el hombre encontró un espejo sucio en su ático. Lo limpió y lo colocó frente a la lámpara. Esa noche, la luz de la lámpara se reflejó en el espejo, duplicando su brillo e iluminando mucho más de su hogar. Maravillado por el efecto, el hombre colocó más espejos, y así, la luz llegó a cada rincón oscuro de su casa.

Este descubrimiento lo llevó a una idea aún más grande. Comenzó a compartir espejos con sus vecinos, enseñándoles cómo usarlos para reflejar la luz de sus propias lámparas. Pronto, todo el pueblo brillaba por la noche, transformando la oscuridad en luz compartida.

De esta reflexión aprendemos el poder de compartir nuestra luz con los demás. Al igual que la lámpara y los espejos, cada uno de nosotros tiene una luz interior dada por Dios. Esta luz, cuando se comparte, puede iluminar incluso los lugares más oscuros.

Escucha lo que el Señor te dice en el día de hoy.

Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.Mateo 5:16

© Hilda T. Hernández. Todos los derechos reservados.

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