Hablame Señor y hazme entender tus dichos

Reflexiones Cristianas

Cada mañana mi Dios, mi alma anhela encontrarse contigo, te busco y te encuentro inmerso en cada linea de la Biblia, Tu Espíritu Señor me habla y quedo rendida ante ti, hoy amado mío tu palabra habla fuerte y claro, tan claro mi Dios que mi alma se entristece.

Y el Espíritu entró en mí, me hizo ponerme en pie y habló conmigo, y me dijo: Ve, enciérrate en tu casa. Y tú, hijo de hombre, mira, te echarán cuerdas y con ellas te atarán, para que no salgas en medio de ellos. Haré que tu lengua se te pegue al paladar y enmudecerás, y no serás para ellos el hombre que reprenda, porque son una casa rebelde. Pero cuando yo te hable, te abriré la boca, y les dirás: “Así dice el Señor Dios.” El que oye, que oiga; el que rehúse oír, que rehúse; porque son una casa rebelde”. Ezequiel 3:24-27

Me entristezco Señor porque tu palabra a través de los tiempos permanece y así como en la época de Ezequiel, hoy también hay un pueblo rebelde que no quiere oír tu palabra. Sino que con cualquier argumento la desecha y se vuelve rebelde. Me entristezco Señor porque veo como familiares y amigos míos “muy intelectuales” ellos, rechazan tu palabra y prefieren vivir confundidos, llenos de mentira, viviendo en adulterio, con adicciones, matrimonios en crisis e hijos llenos de dolor.

Tu misericordia y amor

Padre mío sé de tu misericordia y amor. Sé que tu Santo Espíritu puede tocar corazones y volverlos a ti, mi amado ten misericordia de aquellos que te rechazan y que tengan un encuentro personal contigo, que no hablemos cuando nosotros queramos sino cuando tú nos lo ordenes.

Danos la sabiduría necesaria para discernir los tiempo y entender que no somos nosotros sino tu Santo Espíritu el que obrara en la vida de cada ser humano que quiera rendirse a ti.

Te amamos Señor y sabemos que “es mejor Un solo día en tus atrios, que mil en cualquier otro lugar! Prefiero ser un portero en la casa de mi Dios que vivir la buena vida en la casa de los perversos. Pues el Señor Dios es nuestro sol y nuestro escudo él nos da gracia y gloria. El Señor no negará ningún bien a quienes hacen lo que es correcto“. Salmo 84:10

En el nombre de Jesús que se haga tu voluntad y no la nuestra.

© Maria Elena Cruz. Todos los derechos reservados.

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