Cuando un santo es restaurado

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas.. Texto Biblico: 1 Reyes 19:5-18

INTRODUCCIÓN:

Bueno, cuando traemos este tema a consideración, no estamos hablando de una imagen de algún “santo canonizado” que se ha quebrado y que requiere de expertos para que la vuelvan a su estado original.

Estamos hablando de un hombre “con pasiones como las nuestras”, quien después de haber pasado por un fuerte periodo de depresión, requiere ser devuelvo a tu tiempo de victoria y gozo; a su paz interna. En el último mensaje acerca de Elías hablamos de su lado humano. Lo vimos tan deprimido como en ninguna otra etapa de su vida. El viejo profeta tocó fondo como si nunca hubiera conocido a Dios.

Tal fue estado y conmiseración que llegó a decir: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres” (vers. 4). Bien pudiera alguien juzgar al varón de Dios, y hasta tildado de cobarde por haber hecho este inusual pedido. Pero aquí hay una verdad que no debe ser soslayada. Los seres humanos podemos colapsar aunque estemos viviendo para Dios.

Nadie escapa a esos tiempos de “persecución” externa o interna. Elías nunca fue derrotado por el miedo. Su carácter impetuoso parecía hacerlo inquebrantable ante cualquier circunstancia por la que pasara. Pero ante lo menos esperado, ahora el hombre tiene miedo. Eso es lo que sucede a menudo con el creyente.

Hay circunstancias que parecieran tomarnos por sorpresa, de las que nos sentimos impotentes. Pero frente a esos “inesperados” enemigos, la presencia de Dios que no nos deja solos ni nos abandona por ningún motivo, viene como nuestro pronto auxilio.

¿Qué sucedió con Elías? Ahora vemos a “santo restaurado” y dotado con nuevas fuerzas y con nuevos propósitos. Toda restauración espiritual tiene que ir en esa dirección. Valdrá, pues, la pena que la estudiemos.

I. NOS ENCONTRAMOS EN ESTA HISTORIA A UN CREYENTE QUE SE HA CANSADO DEL CAMINO

1. La presencia del ángel restaurador (vers. 5-7)

Ya hemos hablado de la función de los ángeles en la tierra. La Biblia nos presenta una y otra vez escenas donde hay un gran trabajo angelical. Todo esto para mostrarnos que estos seres fueron creados, previamente al hombre, para la adoración de la gloria de Dios (Isaías 9), y para misiones muy particulares a favor del hombre caído.

Si bien es cierto que muchos de ellos pecaron contra Dios y se rebelaron, llegando a ser los actuales demonios comandamos por quien es hoy Satanás, los que quedaron fieles a Dios ahora le sirven en todas partes. Así tenemos que Dios tiene sus ángeles para múltiples funciones, pero el “ángel de Jehová” es único, y su aparición ha sido para tareas únicas. ¿Y quién este “ángel de Jehová”?

Es nada menos que el mismo Cristo preencarnado. ¡Esto es extraordinario! Elías fue levantado por el mismo Cristo antes que él se encarnara en el bebé de Belén. He aquí el consuelo más grande para el creyente que necesita ser restaurado. Dios no envía a nuestra vida a cualquier ángel. La misma presencia del Espíritu Santo es la fuente de nuestra restauración.

2. La comida de la restauración (vers. 6)

Considere que este Ángel no solo vino para fortalecerle con su presencia, sino también con su comida. Hay momentos cuando necesitamos esa doble fortaleza. ¿Ha comido alguna vez “torta de ángel”? Lo dudo mucho. Solo algunos pocos hombres que caminaron con Dios tuvieron semejante privilegio. Y la verdad es que no sabemos si esto pasó con otros profetas, pero creo que ninguno llegó a disfrutar del “arte culinario celestial” como lo dispensó Elías.

Al principio fueron unos pajarracos negros que lo sustentaron con una carne que salió del mismo horno celestial. Le aseguro que ningún chef terrenal preparó algo parecido. Ahora se nos informa que es el mismo Cristo, en su condición previa, trae una “torta cocida sobre las ascuas” (vers. 6).

Veamos el escenario. Después de correr un maratón de 270 kms., Elías necesitaba una terapia física intensiva, la cual el Señor proveyó en manos de su mejor representante, pues el próximo viaje hasta el monte Horeb, sería de 320 kms. Nadie está exento de colapsar frente a tanta demanda que exige el servir a Dios. Pero lo más importante es saber que el primer interesado en que descansemos es Dios. ¿Descansa usted en él? ¿Es él su refugio?

II. NOS ENCONTRAMOS EN ESTA HISTORIA A UN CREYENTE RENOVADO PARA EL CAMINO

1. “ Se levantó, pues, y comió y bebió…” (vers. 8)

Nada es mejor para el cuerpo que un merecido descanso. En esta interesante historia hay un ángel que vela el sueño del profeta. Su trabajo es asegurarse que Elías duerma bien y coma bien. ¿No es esto maravilloso? Gran parte de nuestros males se debe a que no siempre dormimos bien ni comemos bien. Nuestros ojos y nuestro cuerpo nos delatan con frecuencia.

Vea, pues, como el profeta después de la primera comida “volvió a dormirse”. Nunca es fácil levantarse, menos si usted ha tenido un día intenso como lo tuvo el profeta. Así que el ángel volvió a sonar la “alarme” y despierta al profeta por segunda vez para que coma y se prepare. Al final Elías recuperó sus fuerzas.

La declaración “largo camino te espera” era una distancia de unos 320 kms. Moisés y los israelitas habían viajado por ese desierto durante 40 años. Ahora Elías tendría que atravesar ese mismo desierto durante cuarenta días y cuarenta noches, alimentado con el pan que Dios le había proporcionado y aprendería las mismas enseñanzas. La promesa de Dios es la misma. Así como él sustentó a su pueblo, sustentará a sus hijos para que renueven sus fuerzas en su diario caminar.

2. “ ¿Qué haces aquí, Elías?” (vers. 9)

Elías debió tener una “comida milagrosa”, pues con ese sustento “caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Horeb”. Bueno, para los hombres estas cosas parecieran ser imposibles, pero no para Dios.

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