¿Cuál es el tiempo de Dios?

Bosquejos Bíblicos

Prédica de hoy: ¿Cuál es el tiempo de Dios?

Texto Bíblico Principal: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”  Eclesiastés 3:11

Introducción

A veces sentimos que el tiempo se nos escapa, que corremos detrás de lo que queremos pero no conseguimos alcanzarlo. Esto significa que hemos olvidado que cada minuto transcurrido no nos pertenece. Dios hizo un tiempo perfecto para cada cosa y en ello debemos encontrar calma.

I.  El tiempo de Dios – Dios es el creador del tiempo

“El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos ”  Daniel 2:21

Pasan las estaciones, los ciclos, las etapas y los años en nuestras vidas únicamente porque Dios lo permite. Él es el dueño y creador del tiempo, nada se mueve sin que él lo apruebe primero. Sí, incluso esos sucesos que nos hacen pensar que estamos lejos de lo que deseamos.

Ahora mismo puede qué  no entendamos el motivo, pero la obra de Dios siempre es hermosa y no se equivoca. No vale la pena angustiarse entre apuros y afanes corriendo detrás del reloj. Recordemos que por muy rápido que vayamos, las circunstancias no dependen de nosotros.

II.  Gestionemos nuestro tiempo con amor

 “Así que hermanos míos amados , estad firmes y constantes, careciendo en  la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” 1 Corintios 15:58

Dios nos  llama a ser diligentes y premia a quiénes se esfuerzan.

En este camino debemos  aprender a hacer las cosas  con más amor y menos apuros. 1 Corintios 16:14.

Dios creó su obra de principio a fin y como hijos suyos somos parte de ella. Es decir que los afanes de este mundo no son compatibles con el Padre, pues él construye algo más maravilloso.

En tanto nos despojemos de la desesperación al momento de cumplir nuestro trabajo, aceptaremos sus palabras y  tiempos con paz.

III.  El tiempo de Dios – Existe tiempo para todo

 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” Eclesiastés 3:1

En su palabra Dios nos ha asegurado infinidad de veces que está atento a nuestras necesidades. Él nos escucha y sabe lo que anhelamos incluso antes que nosotros mismos.

También conoce nuestras intenciones, las fallas con las que lidiamos y nuestros miedos más profundos. Entonces ¿Qué sentido tiene afanarnos queriendo adelantar el tiempo? Considerando que él nos lo ha dado por seguro.

No estamos llamados a vivir una vida apurados porque ésta se puede terminar en cualquier momento. Por el contrario, debemos confiar en que cada instante es como una tuerca que está siendo movida por Dios. De esta manera, la obra de nuestras vidas se ajusta en un engranaje perfecto, cuyos tiempos son los correctos.

Cuando queremos desesperadamente entrar a lugares cuyas puertas todavía no han sido abiertas, recordemos que hay tiempo para todo.

IV. Paciencia: vehículo para atravesar el tiempo

“Esperé yo a Jehová, esperó mi alma, En sus palabras he esperado ” Salmos 130:5

El tiempo de Dios  no llega muy tarde o demasiado temprano, simplemente debemos buscar calma y paciencia para transitarlo. En ocasiones quisiéramos saltarnos los procesos y adelantar el final, pero la Biblia nos invita a  esperar.

La paciencia debe fortalecerse diariamente, pues la espera de la que nos habla Dios no está llena de fatiga. Es una espera llena de goce, virtuosa y en la fe de que se está haciendo su voluntad.

Pensemos que el diluvio universal con el que Dios castigó a la tierra, tardó ciento cincuenta días en cesar (Génesis 8: 2-4).

El pueblo de  Israel caminó durante cuarenta años guiado por Moisés antes de poder ser liberado (Deuteronomio 9:9).

El tiempo debe ser para nosotros un alivio, pues Dios ha dicho mediante su palabra que en su paso hay recompensa. Todo lo que viene en camino debe ser esperado con agradecimiento y paciencia, creyendo firmemente que él no falla.

V. Confiemos en el tiempo de Dios

 “Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”  Proverbios 16: 3

Todos los designios que Dios nos da son correspondientes a sus planes con nosotros. Debemos estar seguros y confiar en que también nuestros proyectos van a la par de su voluntad, conforme a su obra. De esta manera el tiempo que él indique será consolador en nuestras vidas, pues no vivimos con dudas o apresuros  banales.

Sí estamos siendo movidos por Dios y encomendados a él debemos regocijarnos,  pues nuestro tiempo será  el justo. Recordemos que no estamos corriendo una carrera y que nuestras metas personales deben ser principalmente guiadas por él.  

Conclusión

Somos hijos de Dios. Somos hijos del mismísimo dueño y creador del tiempo. Podemos estar seguros de que no nos sobran ni faltan minutos sí actuamos con amor  en cada cosa que hagamos.

¿Cuál es el tiempo de Dios? El perfecto, ese que estamos viviendo ahora mismo, el aquí y ahora en el que nuestras obras son leales a su palabra. Sí hay algo deseamos profundamente y todavía no llega, podemos confiar en que Dios ya lo sabe y que nunca desampara a  quiénes le siguen de corazón.

Entonces, no desmayemos nuestro espíritu, sino que esperemos pacientemente como se nos enseña en las escrituras. En ese camino vamos a encontrar las recompensas y lecciones maravillosas que Dios tiene para nosotros.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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