Celebrando el nacimiento de Jesús

Bosquejos Biblicos… Bosquejos para Predicar

Introducción.

Aunque Jesucristo nació en un humilde pesebre, recordar su nacimiento se ha convertido en un acontecimiento mundialmente celebrado por cristianos y no cristianos. Cada mes de diciembre la celebración del nacimiento de Jesucristo está vinculada con costumbres y tradiciones propias de cada lugar.

Oración

Padre nuestro, en esta hora te doy gracias por ese día glorioso del nacimiento de Jesucristo. Ayúdanos a entender que no es una fecha lo que marca este glorioso acontecimiento sino que cuando hacemos a Jesucristo el Señor de nuestras vidas, el gozo de la natividad se hace presente todos los días de nuestra existencia, porque Jesús es quien produce el verdadero gozo y la verdadera paz. Amén.

Tema

Celebrando el nacimiento de Jesús.

Frase transitiva

Te invito a prepararte para celebrar el nacimiento de Jesús.

Desarrollo.

José y María salen de Nazaret para ir a Belén para cumplir con el edicto del emperador Augusto César de que todos fueran censados en el lugar donde se guardaban los documentos de sus antepasados. María estaba embarazada y se cumplieron los días de su alumbramiento en Belén, pero no había lugar para posar y solo se le ofreció un establo; a pesar de lo humilde que representaba el establo donde nació el Hijo de Dios, su nacimiento fue un día festivo y hoy halaremos de tres razones acerca de este festivo acontecimiento.

Multitudes de Ángeles cantando

El evangelio de Lucas señala en el capítulo 2 versículo 13 y 14 dice: “Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Sólo un hecho tan glorioso como el nacimiento del Hijo de Dios conmovió el cielo y un coro celestial de muchos ángeles entonaban alabanzas de celebración reconociendo este memorable acontecimiento.

Invitaciones para visitar al recién nacido

Esa noche que nació Jesucristo dice el evangelista Lucas que había pastores en la misma región que guardaban y velaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

Y he aquí se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeo de resplandor y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temas porque he aquí os doy nuevas de gran gozo Que os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os servirá por señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lucas 2:8 al 12).

El nacimiento de Jesucristo fue anunciado por un ángel a unos pastores, hombres humildes y sencillos tuvieron el privilegio de ser invitados a ver a ese pequeño niño recién nacido en un humilde pesebre, ese pequeño niño que venía a dar salvación a la humanidad; estos mismos pastores, oyeron el canto de celebración que las huestes angelicales cantaban. ¡Cuán glorioso sería para ellos presenciar a multitudes de ángeles cantando alabanzas a Dios!

Dice además el evangelio de Lucas que estos pastores fueron al pesebre y hallaron al niño acostado en el pesebre. Estos pastores fueron unos invitados de este día festivo del nacimiento de Jesucristo, por eso en el versículos 17 al 20 del capítulo 2 del evangelio de Lucas se dice que los pastores dieron a conocer lo que los ángeles le habían dicho acerca del niño y todos los que lo oyeron se maravillaban y luego ellos se fueron glorificando a Dios por todas las cosas que habían visto, como se les había dicho.

Nosotros debemos reconocer que hay personas que necesitan saber lo que representa este maravilloso acontecimiento del nacimiento de Jesucristo, para que aquellos que lo oigan puedan entender que este día festivo se cumplió como un acto de amor donde el Hijo de Dios se humana para identificarse con el hombre y cumplir así con el plan de salvación y redención. Jesucristo vino a la tierra a morir por nuestros pecados, a pagar el precio que nosotros debíamos pagar, su muerte y resurrección representan la esperanza para el pecador, por eso el apóstol Pablo en Romanos 10:9 señala: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos serás salvo”. Estar plenamente convencido que Jesucristo es el único y suficiente Salvador, reconocer verbalmente que Él pagó el precio de nuestra salvación confirma y sella la creencia del corazón.

Los magos de oriente le ofrecen regalos

Como todo día festivo también hubo regalos es así como, en el evangelio de Mateo capítulo 2 versículos 11 y 12 dice “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.

Como en toda actividad festiva el nacimiento de Jesucristo tuvo una visita muy especial, la de los sabios de oriente que vinieron a adorarle y a ofrecerles tres regalos cada uno con una significación especial. Ellos venían a adorar al rey de los judíos (Mateo 2:2).

Le ofrecieron oro (el más precioso de los metales), en reconocimiento de que Jesucristo es Rey y Señor del Universo. El incienso era una preparación de resinas aromáticas vegetales, a las que se les añaden aceites y a la hora de arder desprende un aroma característico este regalo deja por sentado que Él era el Único y Dios verdadero. Por último la mirra sustancia valorada para la preparación de perfumes. La mirra era usada para untar y embalsamar a los cuerpos de los fallecidos. De este modo la mirra indicaba que Jesucristo además de Dios es Hombre y que iba a morir por todos nosotros para que todo aquel que cree en Él tenga vida eterna.

Como vemos los regalos ofrecidos por los magos fueron escogidos con una significación especial, de igual forma nosotros debemos honrar a Jesucristo como el Rey y Señor de nuestras vidas, como el Único Dios que se hizo Hombre, que en su humanidad se identifica con nosotros porque fue tentado en todo según nuestra semejanza pero sin pecado (Hebreos 4:15).

El regalo que nosotros podemos darle al Señor es una vida de consagración y servicio al Rey y Dios que se humana por amor, toma nuestro lugar en la cruz, pagando la deuda y el castigo que nosotros merecíamos.

Conclusión.

Cuando consagramos nuestras vidas al Señor y le entregamos a Él todo el control de nuestras decisiones, podemos experimentar una constante festividad porque no es una celebración de una fecha lo que nos permite el gozo sino el tener la convicción de que Jesucristo tiene cuidado de nosotros y como dice el apóstol Pablo en Romanos 8:28, saber que los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Que esta festividad de gozo y paz pueda ser experimentada los 365 días del año con Jesucristo tomando el control de nuestras vidas.

Redactado por: Erick Principal

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