No te mientas a ti mismo

Bosquejos Biblicos

Texto base: Mateo 7:1-6

Introducción

Es fácil engañarnos y creer que todo está bien, o que las cosas las tenemos “bajo control”, la verdad es que debemos estar alerta y nuestro corazón estar en contacto con la voluntad de Dios, más no fiarnos en nuestra propia prudencia (Proverbios 3:5).

Jesús nos enseña que no debemos ser ligeros para juzgar a otros, normalmente se hace porque el otro no actúa conforme creo que es correcto.

En el versículo 4 del texto base nos podemos dar cuenta que aquel que cree tener la respuesta correcta para la otra persona, no se da cuenta que no ve ni siquiera lo que él mismo necesita; luego Jesús le llama ¡Hipócrita! Puesto que él quiere que nosotros no neguemos nuestras responsabilidades y mucho más en cuanto a nuestros propios actos.

Para no mentirnos a nosotros mismo debemos tener en cuenta los siguientes engaños que suelen ser muy sutiles:

I. La Vanagloria (Filipenses 2:3)

Si esta es la primera característica, es muy fácil mentirse a sí mismo, más si en el corazón albergamos esta pequeña zorra. En la palabra de Dios en el Salmos 36:2 encontramos que se nos habla de que la persona se lisonjea, lo que quiere decir una alabanza exagerada producto de un corazón enorgullecido y lejos de Dios.

Antídoto: La humildad es lo contrario a la vanagloria, Dios mira de lejos al orgulloso, más el humilde Dios le toma en cuenta (Salmos 36:8)

II. Esclavo de sí mismo (Gálatas 5:13)

Esta es la condición en donde se le impide tener una fluidez espiritual; por lo tanto, el alimento espiritual son como cenizas y esto es lo que considera valioso, y no es suficiente para vivir ya que su propio corazón le engaña (Isaías 44:20).

Antídoto: El verdadero alimento espiritual es la palabra de Dios, ella no solo es alimento espiritual (1 Pedro 2:2), sino que es nuestro espejo diario en el cual nos vemos confrontados a cambiar aquello que desagrada a Dios (Santiago 1:23-25).

III. Ser engreído (Proverbios 30:13)

Una persona así siempre cree que todo lo que hace lo hace muy bien, y lo hace por sus propios méritos, aun si tiene un equipo con quien trabaja, siempre será el que quiera los elogios. En la palabra de Dios, en Gálatas 6:3, Pablo dice que aquel que cree ser algo no siendo nada se engaña, y es una manera más de mentirnos a nosotros mismos.

Antídoto: Saber que lo que somos no es por nosotros, ni lo que hacemos por nuestras fuerzas, somos de Dios y Él es quien debe llevarse la gloria y la honra de todos nuestros aciertos. El tesoro está en vasijas de barro que somos nosotros, y Él es nuestro mayor tesoro (2 Corintios 4:7).

IV. Desatentos al oír y descontrolados al hablar (Lucas 6:45)

Estos descuidaos son al recibir la palabra de Dios, no estamos atentos a la voz de nuestro padre y hacemos lo que creemos que conviene; esto mismo hace que nosotros seamos impulsivos para hablar cualquier cosa y pensemos que esto es lo correcto o “porque yo soy sincero” digo lo que pienso (Santiago 1:26).

Antídoto: Para no caer en esto, debemos practicar la palabra de Dios en nuestras vidas, no solo acumularla dentro de nosotros, sino hacer que ella nos transforme (Santiago 1:22). Es importante que pensemos que si oímos y practicamos la palabra de Dios, de nosotros fluirá otra clase de conversación, puesto que con los dichos de nuestra boca nos enlazamos o nos liberamos (Proverbios 6:2).

VI. Religiosidad (Romanos 3:23)

El creerse muy buenecito y que nunca peca. Acordémonos que nosotros somos justificados por la sangre de Cristo, no por nuestras propias acciones (Efesios 2:8-9).

Antídoto: Reconocer nuestros errores diarios y la necesidad que tenemos de Dios (Santiago 4:8).

Conclusión

Si bien nombramos los engaños que alguna vez hemos creído. Dios que es bueno nos da la salida de esta tentación, pues es muy fácil que nuestra humanidad nos haga creer que todo está bien, que no necesitamos de nadie y mucho menos de Dios, nuestro padre, quien vela por nosotros y espera que depositemos toda nuestra confianza en Él. Así que no nos mintamos a nosotros mismos al creer que todo lo sabemos de Dios, acuérdese que somos diariamente transformados y mientras vivamos en este cuerpo necesitamos de Él.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

Predicas Biblicas… Bosquejos para Predicar

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José R. Hernández
Pastor jubilado de la iglesia El Nuevo Pacto, en Hialeah, FL. Graduado de Summit Bible College. Licenciatura en Estudios Pastorales, y Maestría en Teología.

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