Teología Bíblica de mayordomía

4. El mito acerca de los diáconos.

Algunos creen que ser diácono es tener el trabajo más bajo de la iglesia, son los chalanes del pastor, son los office boys. Por este mito muchos han desertado del ministerio, no entienden que el servicio es solamente para Dios y su iglesia.

La tarea de los diáconos en la iglesia es uno de los más urgentes actualmente en nuestras iglesias, por ello se hace importante el reclutamiento de servidores de Dios, al servicio de los fieles en la iglesia. Para que el diácono pueda ser instrumento útil y de bendición, necesita tener presente algo en su vida: “DIOS Y LA MAYORDOMÍA”.

EL COMPROMISO DEL DIÁCONO PARA LA PRÁCTICA DE LA MAYORDOMÍA EN SU MINISTERIO Lucas 12:42-48

El trabajo del diaconado es brazo importante en el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo que es su Iglesia; por ello, NO es cualquier ministerio, tiene varios requisitos, mencionaremos los básicos, para no caer en la mediocridad cristiana y el enfriamiento espiritual y laboral.

  • 1. Tener un corazón transformado (2ª. Corintios 5:17)
  • 2. Tener un corazón íntegro (Romanos 12.1-2, Salmo 24)
  • 3. Tener un corazón disponible (Hechos 9:4-6, Apocalipsis 3:20)
  • 4. Tener un corazón convencido: Esto implica tener un conocimiento claro de la vocación en que fuimos llamados para servir al Señor.
  • 5. Tener un corazón de siervo al trabajar en la grey de Dios.

Cualquiera que sea la vocación en que hemos sido llamados para servir al Señor requiere de “Mayordomía”. No malgastemos el tiempo.

¿Por qué debo considerarme un mayordomo de Dios?

Porque nos ha entregado su creación para administrar. El mismo nos ha dado oportunidades, capacidades, posesiones, bendiciones en tierra y sus recursos.

Porque somos responsables ante Él de su uso correcto. Reconocemos que Dios es el dueño, al rendirle fiel servicio tanto a Él como nuestros semejantes. Reconocemos que es dueño cuando damos nuestras ofrendas y diezmos para la proclamación del evangelio, el apoyo y crecimiento de la iglesia.

La mayordomía es un privilegio

La mayordomía es un privilegio que Dios nos concede para ayudarnos a crecer en amor y obtener victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo debe regocijarse en las bendiciones que otros reciben como resultado de su fidelidad.

Pasajes bíblicos. Génesis 1:26-28, Génesis 2:15, 1 Crónicas 29:14, Hageo 1:3-11, Malaquías 3:8-12, 1 Corintios 9:9-14, Mateo 23:23, Rom. 15:26-27, 2 Corintios 8:1-15. La vida cristiana, la diaconía y la mayordomía significan la entrega de nosotros mismos y la aceptación del Señorío de Cristo sobre nosotros.

Una vez que entreguemos todo lo que somos y lo que tenemos de Dios, Él lo acepta, pero luego lo vuelve a entregar para seguir siendo sus mayordomos y cuidadores de lo que poseemos.

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