El mejor negociante

Mensajes Cristianos

Mensajes Cristianos – Texto Clave: Génesis 18, Génesis 19

Objetivo: Aprender a ser grandes negociantes con la ayuda de Dios. Pero no solo en nuestro andar y por beneficio propio, sino para ayudar a nuestro prójimo y de esa forma reflejar el amor de Dios.

INTRODUCCIÓN

“Lleva 5 manzanas y paga solo 4, a la orden lleva los tomates bien frescos al mejor precio del mercado, aprovecha…” Era lo que se escuchaba en el mercado principal de la ciudad en horas de la madrugada donde se encontraba Carlos, pues debía llevar a unos chicos de campamento para una actividad de encuentro de iglesias. Pero había un problema, eran niños de escasos recursos, solo contaba con un poco de dinero que recaudaron entre todos pero no parecía ser suficiente.

Él estaba decidido a llevar a sus chicos pues deseaba que participaran y pudieran vivir una experiencia espiritual única. Al preguntar en los primeros estantes, los precios eran elevados y sacando cuenta con lo que tenían no les alcanzaría para mucho. Sin perder la esperanza siguió preguntando en los otros locales, sabía que si compraba al mayor encontraría mejores precios.

Luego de recorrer por todo el mercado pudo encontrar precios muchísimos mejores y negociando con los vendedores y apelando a su caridad ellos también donaron algunas frutas y hortalizas. ¡Qué bendición! Aunque parecía que no les alcanzaría para mucho, gracias a Dios consiguieron todo el alimento y les quedó un poco de dinero para cubrir otros gastos.

Todos los humanos en algún momento de nuestras vidas asumimos posturas de negociante, simplemente acordamos alguna pauta con otra persona de forma tal que ambos queden satisfechos.

Hoy hablaremos de un personaje de la biblia que seguramente hizo muchos acuerdos, pero esta vez el negocio o acuerdo era con Dios, este personaje es Abraham, un buen amigo de Dios.

DESARROLLO

En Génesis 18:20 la biblia nos dice que la gente que habitaba la ciudad de Sodoma y Gomorra estaba totalmente pervertida. De los mensajes cristianos aprendemos que el pecado había aumentado en extremo, y curiosamente dos ángeles se acercaban hacia allá.

Los mensajes cristianos nos enseñan que el pueblo estaba tan pervertido que desde el más joven hasta el más viejo quisieron “conocer” a los ángeles (Génesis 19:4,5), pero ¿qué quiere decir la palabra “conocer” en la biblia?, para esto iremos a Génesis 4:1 donde encontramos que el verbo “conocer” se refiere al acto íntimo entre un hombre y una mujer.

Así que lo que querían hacer estos hombres era tener intimidad con los ángeles, en ese nivel de perversión estaba sumergido todo el lugar. Sabiendo esto, Lot reaccionó de una forma inesperada para un padre. Ofreció a sus dos hijas a cambio de que dejarán tranquilos a aquellos hombres. Parece un acuerdo justo viéndolo desde el punto de vista del pueblo perdido, pero ellos no querían a esas chicas.  ¡Querían a los ángeles! Ese trueque no funcionó.

Ahora bien ¿De dónde provienen esos dos ángeles? ¿Por qué estaban allí? Jehová le expresó a Abraham que destruiría aquella ciudad de perversión. A Él le pareció apropiado comunicarle a Abraham lo que debía hacer, sin embargo, ante tal noticia su reacción fue interceder: “¿Destruirás también al  justo con el impío?” (Génesis 18:23).

¿Destruirás también al  justo con el impío?

Con esta pregunta abre un ambiente de negociación y seguidamente como buen negociador mencionó un número. Le dice que quizás hay 50 hombres justos en aquella ciudad y Abraham le hace una nueva pregunta al Señor. “¿Destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los 50 justos que estén dentro de él?” (Génesis 18:23), Jehová aceptó su petición y le afirmó que de haber 50 justos perdonaría a toda la ciudad.

Pero esta conversación apenas pareciera comenzar. Luego de esta primera propuesta de Abraham vino la segunda, donde reconociendo humildemente que él era polvo y ceniza y le dijo a Dios que quizás de esas 50 personas por las que alegó inicialmente, 5 no eran justas. Y del mismo modo Jehová aceptó su petición y le afirmó que de haber 45 justos perdonaría a toda la ciudad.

Hábilmente Abraham en vista de la bondad de Dios vuelve hacer una nueva petición alegando por 40 personas, luego 30, luego 20 y finalmente 10, a lo que Jehová también respondió positivamente ante la petición, parece que esté numero le resultó razonable, y así terminó la conversación.

Lot, su esposa y dos hijas

La historia continúa, finalmente salieron cuatro personas, Lot, su esposa y dos hijas. La intersección de Abraham no pudo salvar las ciudades porque ni siquiera habían diez justos. De los cuatro que salieron parece que solo Lot era el único justo. Su esposa por amor a lo que estaba dejando miró hacia atrás desobedeciendo la orden de los ángeles, y se convirtió en estatua de sal (Génesis 19:26) .

Sus dos hijas varios días después de la destrucción de Sodoma y Gomorra se acostaron con su padre Lot porque pensaban que no había más hombre en la tierra (Génesis 19:30-38). Esta situación se escapaba de las manos de Abraham, él hizo su parte, solo tres personas lograron salvarse. Pues “Dios se acordó de Abraham” (Génesis 19:29).

CONCLUSIÓN

Podemos ver como Abraham, un hombre como cualquier otro, humilde, hizo lo que estuvo a su alcance intercediendo por otras personas. Quien ama a Dios también ama a su prójimo, si bien no podemos hacer que las personas dejen de pecar. Pero si podemos ser buena influencia en ellos, aconsejándolos, intercediendo en oración, y dejando sembrada la semilla del evangelio en ellos. Quien sabe si quizás sea de salvación y bendición de muchos.

El mayor y mejor ejemplo celestial de una negociación fue el sacrificio que hizo Dios al dar a su hijo unigénito para que muriera por ti y por mí a cambio de nuestra salvación. Sin embargo aunque ya está todo arreglado y nuestra salvación está pagada, de nosotros depende aceptar la salvación de Cristo

LLAMADO

Hoy te invito a meditar en la amistad que tuvo Abraham con Dios. Todo ser humano debe buscar esa cercanía con Dios en cada instante, en nuestro día a día y entender que en esta vida podemos hablar con nuestro Padre acerca de nuestra familia acerca de nuestros amigos, jefes, y profesores. Decirle a Dios que aun sabiendo que somos pecaminosos queremos alcanzar la vida eterna y estamos dispuestos a interceder por nosotros mismos y por nuestro prójimo. ¿Estás dispuesto a negociar con Dios? Estoy seguro que Dios está a tu favor, te bendecirá a ti y a los demás.

Redactado por: Samuel Garcia para Predicas Biblicas

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