Mensajes Cristianos… Mensajes Biblicos
El amor es la fuerza más poderosa del mundo. Invita a hacer y deshacer sin explicación aparente y conquista los terrenos más insospechados que la ciencia no ha podido alcanzar.
El amor excede a todo conocimiento, eso es un hecho y está escrito en el libro de Efesios capítulo 3 verso 19:
“y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.”
El amor es el responsable directo de los actos más nobles y valientes que el mundo ha conocido y también el principal sospechoso en incontable cantidad de crímenes y delitos.
¿No es contradictorio que aquello que saca lo mejor de las personas sea también el detonante de actos tremendamente reprensibles?
En el libro de 1 Corintios capítulo 13, encontramos el universalmente conocido texto bíblico que relata o delata al amor. En el verso 7 está el contenido más polémico del capítulo entero que ampara o justifica las acciones de aquellos que lo invocan como su bandera:
“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
Basados en ello, puede decirse con toda certeza que el amor no tiene lógica. El amor es de locos, y sólo por eso, el amor debe ser Dios.
¿Ha visitado una cárcel recientemente? ¿Ha visto la cantidad de mujeres, madres, que soportan largas horas de cola para entrar al precinto penitenciario, que madrugan y recorren largas distancias solo para llegar ahí, que resisten bajo el sol inclemente y la lluvia hasta que sea su turno de pasar, que toleran las requisas humillantes de los guardias con tal de visitar a su hijo amado que purga condena dentro de prisión?
Pues, déjeme decirles que esas mujeres no soportan todo eso porque tengan complejos de ser la Madre Teresa de Calcuta, tampoco es que son la mujer maravilla y obran maravillas, mucho menos aplauden las gracias de sus hijos que los llevaron allí. Esas mujeres lo resisten porque AMAN a sus hijos. Tan simple como eso. Ellas aman.
El amor tiene tintes de locura porque se separa de la razón para entregarse de forma incondicional. El amor resulta incoherente porque en contra de la sensatez abraza a lo que no le conviene. O al menos, eso es lo que parece.
No se trata de que el amor sea tonto o persiga lo malo, sino que elige ver lo mejor de las personas en lugar de lo malo.
El amor no es tan ciego como afirma la mayoría.
No valida las malas acciones ni justifica los actos infames. El amor en realidad es selectivo y tiene un potente microscopio con Rayos X incorporado, todo lo cual le permite ver lo bueno en cada persona sin hacer ningún tipo de discriminación.
Una madre puede amar a su hijo y aun así, no estar de acuerdo con sus malas acciones. Eso es amor de verdad; ese es el amor que ejerce Dios para con los hombres; es el que le permite perdonar todas nuestras ofensas, y castigar el pecado.
Parece locura por ejemplo, que Dios diga amar al pecador pero aun así condene el pecado. Pues, no se trata de ninguna locura sino que eso precisamente es lo que hace el amor, discrimina entre lo bueno y lo malo, entre lo que conviene y lo que no.
Quien verdaderamente ame, debería ser capaz de notar la diferencia entre una cosa y la otra. Así que, si bien el amor parece de locos, lo cierto es, que es bastante inteligente.
Aprende a amar. Deja que el amor de Dios te guíe. No creas en esos cuentos de novelas románticas que solo incitan al desarrollo de pasiones insanas y fuera de control; Dios ofrece el amor verdadero. El que es sin fingimiento, el que no dura unas pocas horas o días, ni es tampoco resultado del capricho.
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”
Gálatas 5:13
Dios le bendiga.
Redactado por: Emily Sánchez
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