Agua de vida

Predicas Cristianas

Textos claves: Juan 4:1-42; 7:37-40, Gálatas 2:6

Objetivo: Entender que Cristo es el agua de vida, que sacia nuestra sed por completo y nos da vida eterna, el evangelio es para todo aquel que la desea sin acepción de persona.

INTRODUCCIÓN

¡Vamos rápido muchachos! ya falta poco, tenemos que llegar pronto; Fueron las palabras de uno de los tres jóvenes que venían de regreso de una excursión bajando la montaña. Ellos tres habían adelantado al grupo y ahora este joven parecía tener más prisa aún, por lo que adelanto a los otros dos.

Ellos habían subido la montaña ese mismo día en horas de la mañana para así poder llegar hasta su meta y luego devolverse en horas de la tarde, todo iba tal cual lo planearon solo que se les presentó un inconveniente, no llevaron suficiente agua, ya se había agotado la poca reserva que quedaba.

El joven que se había adelantado ya no soportaba la sed por lo que no veía la hora de llegar, aunque parecía que estaba cerca de la entrada donde se podía conseguir agua, caminaba y caminaba pero solo veía árboles y más árboles.

Al esforzarse por llegar e ir lo más rápido posible, el cansancio lo debilitó casi hasta desmayar, llego a pensar que no llegaría al final, se encontraba agotado, desanimado, con los labios resecos y sin una gota de agua.

Finalmente luego de poco menos de una hora de camino, vislumbró la llegada, eso lo llenó de alegría y con la poca fuerza que le quedaba corrió hasta la llegada, buscó con desespero el lugar donde estaba el filtro de agua y al hallarlo tomó agua de manera apresurada y en gran cantidad hasta saciar la sed.

Por la forma en que tomó el agua y la cantidad, sintió después un pequeño malestar en el estómago, sin embargo, se sentía complacido al haber tomado el agua tan anhelada.

Al rato llegaron todos sus compañeros bastante animados y el joven contó su frustración vivida ya que no comprendía cómo lo demás llegaron y no buscaron la toma de agua, a lo que sus compañeros respondieron: “Allá arriba había una toma de agua pero tú te fuiste y por andar corriendo no pudimos avisarte, hasta trajimos de reserva”

DESARROLLO

El agua.

Es un elemento vital para el ser humano, nuestro cuerpo está constituido con aproximadamente el 70% de agua por lo que sin ella no podemos vivir. Los profesionales en la salud, recomiendan tomar por lo menos 8 vasos de agua diarios para mantenernos saludables y bien hidratados. El ser humano puede soportar varios días sin comer pero no resiste mucho sin tomar agua. Dios nos regaló este precioso líquido del cual depende nuestra vida.

Aunque ya hemos mencionado que el agua es esencial para la vida del ser humano, en la biblia encontramos la historia que habla del agua de vida que sacia por completo y no se requiere volverla a tomar, pues no tendremos más sed y nos da vida eterna (Juan 4:1-42).

Le era necesario pasar por Samaria (Juan 4:1-4).

El constante acoso y persecución de los fariseos hacia Jesús y sus discípulos hizo que estando en Judea, se fuera a Galilea por precaución. Sin embargo, a Jesús le era necesario pasar por Samaria. De Judea hacia Galilea el camino más cercano era pasando por Samaria, pero la enemistad que había entre judíos y gentiles hacia que los judíos evitaran pasar por Samaria dando un rodeo por el valle del Jordán.

Jesús tiene sed (Juan 4:5-6).

Luego de llevar rato caminando en horas del mediodía Jesús se sienta al lado del pozo pues estaba cansado. Muchas personas creen que aunque Jesús se hizo hombre, él tenía poderes sobre humanos y por eso quizás no sufría las mismas penas que sufre el hombre. Sin embargo en este hecho se muestra la humanidad de Cristo, Jesús se hizo 100% hombre, sufría de las mismas necesidades que cualquier otra persona, sintió sed, se cansó, estaba agotado.

Al venir a esta tierra Jesús asumió la vida del hombre, debía vivir como tal. Los milagros y hechos maravillosos en su vida en esta tierra fueron realizados por el poder de Dios Padre y su dependencia a Él, así como años después Pedro y los otros discípulos realizaron milagros en nombre de Jesús, no fue el poder de ellos, sino su fe en Jesús lo que obraba. Cuando Jesús fue golpeado, herido y ultrajado en la cruz todo eso le causó gran dolor, angustia y sufrimiento, todo por amor para salvar a la humanidad perdida (Mateo 20:28, Lucas 19:10).

Dame de beber (Juan 4:7-9)

Jesús tenia sed, pero más allá de eso tenía una obra por hacer, por lo que le pidió a la samaritana un poco de agua. Los judíos y los gentiles tenían una diferencia entre ellos tal, que se despreciaban y no se trataban entre sí. Jesús era judío y era sorprendente para esta mujer samaritana que Él se dirigiera a ella como si nada. Debemos comprender plenamente el evangelio de Cristo, este no atiende a diferencias políticas, raciales, de sexo, religión, ni a ninguna otra. El evangelio de Cristo no hace acepción de persona, está abierto a todo el mundo sin importar lo que haya se hecho, lo que se es, ni nada (Hechos 10:34, Gálatas 2:6).

Agua viva (Juan 4:10-14)

Parecía que la mujer estaba en ventaja para obtener agua, por lo menos ella tenía con que sacarla, Jesús no tenía nada, por eso estaba esperando que alguien le diera de beber. Sin embargo Jesús le aclaro que Él podía darle una mejor agua, agua de vida que saciaba por completo y no tendría mas sed. Si solo ella supiera con quien estaba hablando, con el hijo de Dios y creador de todo, el Dios del mismo Jacob que les había dejado ese pozo y quien estaba dispuesto a darle de esa agua viva si ella le pedía.

La mejor agua que te puede ofrecer el mundo, placer, diversión, riquezas, fama, entre otras, puede ser muy buena pero tendrás que tomarla otra vez y al final perecerás. Dios te ofrece un agua viva, pura, que no tiene comparación y que saciará tu ser por completo, te dará verdadera paz y felicidad plena, algo que no puede hacer el agua de este mundo (Juan 7:37-39). Sin embargo solo podemos recibir el agua de vida si la deseamos, el Señor está dispuesto a dárnosla pero no nos forzará de ninguna manera para que la recibamos.

Dame de esa agua (Juan 4:15-18)

Luego que tenemos el deseo de recibir esa agua viva, el Señor nos la da pero antes nos convence de pecado y nos invita al arrepentimiento y a un cambio de vida (Juan 16:4, Hechos 2:37-38). Aquella mujer le pidió el agua a Jesús pero primero debía arrepentirse de sus pecados, ella había tenido cinco maridos y con el hombre que andaba no era su marido. El Señor con palabras de amor y sin juzgarla la llevo a reflexionar sobre su vida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio