Luces en la oscuridad

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: Luces en la oscuridad: “Vosotros sois la luz del mundo”

Predica Cristiana Base Bíblica: Mateo 5:14-16

Introducción

A veces resulta impactante el poder que tiene la luz. Como un ambiente oscuro, sin ningún tipo de iluminación, donde no puedes ver nada, en el cual puedan surgir sentimientos y sensaciones de temor,  incertidumbre, o ansiedad, puede transformarse drásticamente al encender una luz, en un ambiente seguro, y ameno.

Cuando somos niños, por lo general, le tememos a la oscuridad. Al anochecer, es algo casi normal que los niños teman ir a sus cuartos solos por lo cual le piden a alguien que les acompañe, o que deban dormir con una luz encendida.

Al leer la Biblia, en Génesis 1, vemos que lo primero que creó Dios fue la luz (Génesis 1:3), para posteriormente separar la luz de las tinieblas. A partir de ahí, es conocida la historia de la creación, y como Dios formó todo lo que vemos, con el poder de su palabra; pero sigue llamando mi atención que lo primero en crear fue la luz, y como hizo una clara separación entre la luz y la oscuridad.

No puede haber oscuridad donde hay luz

Si pensamos en la luz y en la oscuridad, podemos concluir que no puede haber oscuridad donde hay luz. Cuando tomamos un tiempo para reflexionar en cómo está, o cuál es la situación del mundo en el que vivimos, podría decirse que se encuentra sumido en una profunda oscuridad.

Millones de personas envueltas en inmoralidad sexual, la legalización del aborto, las guerras entre países por el poder económico y político, el uso legal de las drogas, la diferencia abismal entre las clases sociales, los crímenes violentos, el tráfico de órganos y de personas, los atentados terroristas, la infinidad de religiones, son solo algunas de las razones por lo cual podemos afirmar que el mundo se encuentra en oscuridad.

Pero Dios sabía que esto pasaría, por tal razón, envió a su Hijo Jesús al mundo, para salvar a la humanidad de la condenación eterna. Fue el mismo Jesús quien nos dijo que nosotros somos la luz del mundo. Si el mundo necesita de luz, somos nosotros los encargados de llevar esa luz. De eso se trata esta prédica cristiana titulada: Luces en la oscuridad.

Desarrollo

Jesús el hijo de Dios, en su paso por la tierra nos dejó muchas enseñanzas que están plasmadas en la Biblia, especialmente en los evangelios. En Mateo 5, encontramos uno de los sermones más famosos de Jesús como lo fue “El Sermón del monte”, entre cuales queremos destacar en esta prédica cristiana, el fragmento ubicado en Mateo 5:14-16, que habla sobre ser la luz del mundo.

De esta porción bíblica podemos extraer varios enseñanza con respecto a cómo se titula esa prédica cristiana, ser luz en la oscuridad.

1. Nosotros somos la luz del mundo (Mateo 5:14).

Cuando Dios llegó a nuestra vida, lo hizo para cambiarla drásticamente, transformándonos en nuevas criaturas (2 Corintios 5:17), en donde nuestra antigua vida atada al pecado dio lugar a una vida santa, guiada por el Espíritu Santo (Romanos 8:14). Todo esto implica que ahora, tenemos la responsabilidad, y el honor de ser la luz del mundo. Como decía anteriormente, nuestra sociedad se encuentra totalmente envuelta en tinieblas, y es nuestro deber primeramente creer que nosotros fuimos llamados a ser luz en medio de las tinieblas.

Lamentablemente, la iglesia espera pasivamente que las cosas que cambien, que los políticos tomen buenas decisiones, pero es la iglesia de Cristo la encargada de portar la luz, simplemente porque llevamos dentro la luz que alumbra a todo hombre, que es Cristo (Juan 1:9).

Habrá personas que nos rechazarán precisamente por llevar la luz de Jesús. Es algo que no debería extrañarnos. En Juan 15, Jesús tiene una larga e íntima conversación con sus discípulos en lo que sería su última cena y en ella, entre otras cosas, les dice que el mundo les aborrecería porque a Él lo aborreció (Juan 15:18).

En ocasiones, nos desanimamos porque las personas no quieren aceptar las invitaciones que le hacemos a conocer al Salvador de su alma, sin embargo, nuestra tarea es seguir llevando su palabra por toda la tierra, porque creemos que somos la luz del mundo.

Somos nosotros, los hijos de Dios, los encargados de llevar la luz de Jesús a las universidades, a nuestros sitios de trabajo, a nuestras comunidades, que cualquier lugar que pisemos pueda enterarse y darse cuenta, de que hay personas diferentes en ese lugar, y eso diferente es Jesús habitando por la fe en nuestros corazones (Efesios 3:17) para poder alumbrar a donde vayamos.

2. Estamos llamados a estar en lo alto (Mateo 5:14).

Como hijos de Dios estamos llamados a ser cabeza, y no cola (Deuteronomio 28:13). Estamos llamados a estar en lugares de autoridad, sencillamente porque desde estos lugares podemos tener una mayor, y mejor influencia sobre la sociedad que queremos alumbrar.

Por mucho tiempo, la iglesia cristiana no se preparó de la mejor manera en el ámbito académico por creencias en teorías equívocas sobre la venida del Señor. Una generación entera no se preparó, algunos ni estudiaron, porque la venida de Cristo estaba cerca. Lamentablemente, esos cargos de autoridad, esos puestos de influencia, fueron tomados por personas no temerosas de Dios, o creyentes en ídolos, y ahora rigen la mayoría de nuestras naciones, simplemente por nuestra incompetencia.

Estamos llamados a destacar

Los hijos de Dios estamos llamados a destacar por una simple pero poderosa razón: El Dios todopoderoso, creador del cielo y la tierra, es nuestro Dios, y es nuestro Padre. Podemos afrontar los retos y desafíos que representa estar en un lugar de autoridad, con la mayor de la confianza porque tenemos a un Dios que nos sostiene, y que nos ayuda.

Pero para estar en lugares de eminencia, debe cambiar nuestra forma de actuar y de proceder. La biblia dice en Proverbios 22:29, que los hombres que son excelentes en su trabajo, estarán delante de los reyes. Habría que preguntarnos: ¿qué tanto destacamos en nuestros empleos?, ¿somos considerados los mejores trabajadores de nuestra empresa?, ¿qué piensan nuestros compañeros de trabajo?

Todas estas interrogantes, nos ayudan a meditar en torno a nuestro proceder diario en nuestros lugares de trabajo, entendiendo que la mejor forma de alcanzar estos puestos de autoridad, y brillar mejor, es destacando primero en las tareas que hacemos diariamente.

3. No te escondas (Mateo 5:14).

En Mateo 5:14, dice que una ciudad asentada sobre un monte alto, no se puede esconder. Si nosotros tenemos la luz de Jesús, y estamos capacitados para estar en lugares de autoridad, no podemos escondernos.

Hay ciertas situaciones, emociones, o sentimientos, que pueden llevarnos a escondernos, pero sin lugar a dudas, la principal razón por la cual nos escondemos es por el temor.

En la Biblia hubo varias personas que se escondieron por temor, uno de ellos, y quizás el más representativo fue Elías. Elías un hombre valiente, que hablaba de parte de Dios, que Dios utilizó para hacer grandes señales, que mató a 450 profetas fieles a los ídolos (1 Reyes 18), en una ocasión tuvo miedo, tuvo temor por una amenaza que le hicieron, y se escondió (1 Reyes 19).

Cuando lo vemos desde afuera, no entendemos como Elías, siendo el profeta de fuego, llegó en un momento a sentir temor por su vida y esconderse, aun cuando era la voz de Dios para el pueblo de Israel en ese entonces. Es que sencillamente, nos escondemos cuando no sabemos que es lo que Dios quiere hacer con respecto a nosotros.

Muchas veces tenemos temor de lo que Dios puede hacer, o de lo que no va a hacer también. Es ahí, en esos momentos, donde su palabra nos da lo necesario para vencer el temor y brillar.

Pablo y Timoteo

El apóstol Pablo le decía a Timoteo que Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, amor, y dominio propio (2 Timoteo 1:7). Si tienes a Dios tienes el poder para brillar, tienes su amor, y tienes el dominio propio para no dejar que la luz de Jesús se apague en nosotros al hacer cosas indebidas.

El apóstol Pablo le decía a los romanos que él no se avergonzaba del evangelio porque era poder de Dios para salvación de los que quisieran escuchar (Romanos 1:16). Es el temor lo que hace que una persona calle la noticia más maravillosa que alguien pueda conocer como lo es la salvación gratuita que Dios ofrece a través de Jesús.

El mismo apóstol Pablo, fue el que dijo a los filipenses uno de las frases más famosas de la Biblia, y que todo cristiano conoce cuando dijo que todo lo podemos en Cristo que el nos fortalece  (Filipenses 4:13). Podemos vencer el temor, y brillar  en un mundo oscuro y sombrío.

4. Alumbra a todos los que están en casa (Mateo 5:15).

Cuando pensamos en las luces de nuestra casa, seguramente en su gran mayoría las encontramos en lugares altos, porque sencillamente brillan con más fuerza, y alcanzan más espacio que cuando están en un lugar bajo.

De igual forma, necesitamos entender que como luces del mundo, debemos estar sobre los lugares donde nuestra luz pueda acceder al mayor número de personas posibles, porque Dios no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:8).

La porción bíblica de esta prédica cristiana, nos dice que la luz no se enciende para colocarse debajo del almud. El almud era como un tipo de envase para medir capacidades, y ciertamente era improductivo colocar la luz en ese lugar cuando existía un candelero ubicado en la parte alta de la casa.

Alumbra a todos los que están en casa

El versículo nos dice que el candelero, alumbra a todos los que están en casa. Si hay un entorno al cual afectar cuando tenemos la luz de Jesús, esa es nuestra casa, nuestra familia. En Hechos 16:31, un carcelero, después de ver cómo milagrosamente se abrieron las cadenas y las puertas de la cárcel que cuidaba, y como aún más milagrosamente, Pablo y Silas no se escaparon,  recibió una de las promesas más lindas que una persona puede escuchar: cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.

Podemos aferrarnos, al igual que el carcelero, a esa promesa de que las personas en nuestra familia, tarde o temprano, llegarán a los pies de nuestro Señor Jesús. Pero para ello debemos alumbrar en casa. Si las personas que viven con nosotros no pueden ver que vivimos lo que predicamos, entonces seremos más un estorbo que una ayuda a su conversión en hijos de Dios.

5. Buenas obras para la gloria de Dios (Mateo 5:16).

En la base bíblica de esta prédica cristiana, se nos dice que así como la luz alumbra en una casa, así debemos alumbrar a todas las personas. Todo esto tiene una razón de ser: que las personas observen nuestras buenas obras.

Es aquí donde debemos cuidarnos mucho como creyentes en Dios, no sea que nuestros errores puedan ser piedra de tropiezo para la salvación de alguien. Necesitamos estar conscientes de que las personas no están mirando, están estudiando si de verdad vivimos lo que predicamos, o simplemente somos mentirosos.

El apóstol Pablo le decía a los colosenses que los hijos de Dios fuimos creados para buenas obras, que Dios diseñó de antemano para que anduviésemos en ella (Efesios 2:10). No que somos salvos para hacer buenas obras, sino que si somos salvos, haremos buenas obras, y las personas que están a nuestro alrededor podrán agradecerle a Dios por ellas, e incluso no sabemos quienes podrán acercarse a Dios por alguna de nuestras buenas obras.

Cuídate de ti mismo

El apóstol Pablo le decía a Timoteo que se cuidara de sí mismo, y de la doctrina, porque haciendo eso se salvaría a sí mismo, y a los que le oyeren (1 Timoteo 4:16). Hay personas que llegarán a Dios tan solo porque nuestra vida, nuestras acciones, y nuestras actitudes, los induzcan a ello.

Al final, todo es para la gloria de Dios. No hacemos buenas obras para destacar y llevarnos el reconocimiento, sino para que al destacar podamos dar fe de que sin Dios no hubiese sido posible llegar hasta donde llegamos, y sin su luz, sencillamente, no podríamos brillar.

Conclusión

Estamos llamados a ser luz en una sociedad oscura. Entendamos que como iglesia, como hijos de Dios somos portadores de la luz de Jesús. Necesitamos alumbrar a la mayor cantidad de personas con el mensaje que transforma vidas.

Dejemos el miedo, y todo aquello que nos impida brillar, y alcanzar esos lugares de eminencia donde nuestra labor pueda tener mayor influencia. Pensemos en nuestros familiares, y creamos la promesa de que algún día serán salvos por nosotros creer en el Señor Jesús. Entendamos que las buenas obras que hagamos, tiene el propósito de que otras personas agradezcan a Dios y sean el vínculo a través del cual se acerquen a Jesús. Haciendo esto, alumbraremos al mundo con la luz de Jesús, seremos luces en la oscuridad.

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