Somos la luz del mundo

Reflexiones Cristianas

Reflexiones Cristianas Texto Biblico:Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” Mateo 5:14

Después las eternas y alentadoras palabras contenidas en el discurso de las Bienaventuranzas que Jesús proclamó desde en la montaña, y que conocemos como «El Sermón del Monte», les habló a sus discípulos, así como hoy nos habla a cada uno de nosotros.

Muchas veces olvidamos lo que estamos llamados a ser como cristianos, y adquirimos conductas y actitudes de las personas que no tienen a Cristo en su corazón, en vez de iluminar nuestro entorno con el amor que Jesús derramó en nosotros.

Dios le dijo a Jeremías:

Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. (Jeremías 15:19)

Dios no nos llama a modificar un poco nuestra conducta, nos llama a una conversión absoluta, bajo la promesa de la restauración, y nos exhorta a sacar de todo lo malo o negativo, lo precioso o beneficioso para los demás y para nosotros, con la finalidad de que las personas se conviertan a nosotros y que no nos convirtamos nosotros a ellos.

Jesús nos enseñó cómo podemos sacar lo precioso de lo vil. Veamos:

+ Somos la sal de la tierra

 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres (Mateo 5:13).

Cuando estamos en nuestra cocina: ¿Qué hace la sal? La sal le da indudablemente sabor y gusto a nuestra comida, pero ¿qué pasará si la sal pierde su sabor? Evidentemente que será botada porque no está cumpliendo su sabor.

Nosotros debemos cumplir con la gran comisión, que además de predicar el evangelio, implica ser un verdadero seguidor de Cristo, con todas las implicaciones que esto conlleva.

Si nos avergüenza hablar del evangelio delante de otros, es porque quizá aun no hemos nacido de nuevo, y debemos orar al Padre, para que el Espíritu Santo nos brinde un nuevo nacimiento espiritual.

Si estamos llamados a ser la sal de la tierra, nuestra función es sazonar todas nuestras conversaciones con La Palabra, saturar nuestro trabajo con la palabra, colmar todas nuestras actividades bajo esta excelencia. Sazonar el hogar con el amor de Jesús, a nuestros vecinos bajo la comprensión y tolerancia que Dios nos obsequia.

+ Somos la luz del mundo

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. (Mateo 5:14)

Jesús siendo la luz, no quiso hacer distinciones, ni tampoco exigió coronas, ni títulos de este mundo. Jesús ayudaba a todos sin hacer diferencia, vino a predicar sobre las maravillas del reino de Dios.

Jesús no vino a hacer distinciones entre ricos y pobres o blancos y negros, Su llamado era a seguirlo, a caminar en Sus enseñanzas y perseverar en la verdad.

Nosotros como cristianos, no podemos hacer distinciones por bandos políticos, ni mucho menos por clases sociales o por razón de raza. Nuestro trabajo como luz, es iluminar en las tinieblas. Es llevar a todos los escenarios la luz que Cristo nos dio, su amor y su verdad.

Para ser la luz del mundo, debemos estar en constante comunión con el Padre, solo podemos iluminar a los demás, estando en la presencia del Señor; así como cuando Moisés descendió del Monte Sinaí con las dos tablas de los mandamientos y su rostro estaba resplandeciente por haber hablado con Dios (Éxodo 24:29).

© Flor Karina Zambrano. Todos los derechos reservados.

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Flor Karina Zambrano Franco

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