Características y operaciones de Satanás

Estudios Biblicos… Predicas Cristianas

a) Enemigo. Satanás es y será tu peor enemigo (Mateo 13:25. Lucas 10:19) y la razón por la cuál te odia, es porque tú estás sentado en el lugar que él siempre quiso estar. En Cristo estamos sentados a la diestra del Padre, por esa razón te odia, y está a la espera de que le des una oportunidad para malograrte.

Nunca olvides esta verdad: Satanás te ofrece mucho, te da poco y te lo quita todo; nunca esperes un favor de Satanás si no le das algo a cambio; nunca te confíes de él, es traicionero, astuto, sutil y sagaz. Satanás es tu peor y más grande enemigo (1ª Pedro 5:8).

b) Ladrón (Juan 10:10). Hay una gran diferencia entre lo que es hurto y robo.

Robar: Llevarse algo que no es de nuestra propiedad usando la violencia; es el acto de violentar una propiedad y llevarse lo que está adentro.

Hurtar: Es el acto de llevarse lo que no es de nuestra propiedad sin usar la violencia; es cuando se me da plena confianza, y abusando de ella aprovecho para tomar lo que no es de mi propiedad.

El término “Hurtar” fue el usado por Jesús para referirse a Satanás ya que él nunca podrá tomar lo que es mío a menos que yo le dé lugar y le abra una puerta que le permita entrar.

c) Destructor, devorador: (Juan 10:10; 1ª Pedro 5:8). El término “destructor” o “devorador”se aplica al ente que sólo espera la oportunidad más precisa para, en una forma súbita, producir el más grande de los daños en una forma determinante.

El destructor o devorador no ataca en las pequeñas oportunidades porque él sabe que va a producir pequeños daños; tampoco ataca en forma fortuita, él se asegura de atacar en los momentos más precisos y determinantes como para no fallar ni perder la oportunidad. Por eso es que Satanás, como devorador o destructor, es paciente para atacar, no le importa trazarse un plan que le lleve años, sólo espera el mejor momento para atacar y producir el más grande de los daños.

Puede ser que hasta ahora hayas salido ileso de las tentaciones en las que has caído, pero no te confíes, es la obra satánica como devorador o destructor ganarse tu confianza, con el fin de que le cedas terreno para darte la estocada final. Esto es lo que se conoce como seducción, que consiste en el acto de cebarte paso a paso y conducirte a través de pequeñas e inofensivas tentaciones, y así llevarte a la más grande tentación, que será la final de todas.

Conocí a un Ministro que en varias oportunidades tuvo relaciones sexuales con diversas mujeres, y salía ileso de muchas de ellas. De esta forma Satanás lo fue llevando hasta que lo condujo a la mujer que le dio la estocada final y lo destruyó por completo, hasta el punto que acabo con su vida física ya que fue contaminado de Sida.

No olvides que Satanás como devorador y destructor es inmisericorde e indolente, no tiene compasión de nadie, es un depredador despiadado. El ejemplo más claro lo tenemos en la vida de Sansón, quien en varias oportunidades salió ileso, entrando en un jugueteo con el pecado hasta que se presentó la más grande de las oportunidades, y Satanás no tuvo misericordia ni compasión de él y lo destruyó.

Mi consejo es: No juegues con el diablo, que él no está jugando contigo; resístelo y no hagas caso a sus ofertas.

d) Acusador: (Zacarías 3:1).

Según Apocalipsis 12:10, Satanás ya no tiene autoridad para llevar acusaciones de los cristianos delante de la presencia de Dios, porque tenemos un abogado que nos defiende y un sumo sacerdote, que es Cristo, a la Diestra del Padre.

Sin embargo, él maneja la acusación desde varios ángulos; se encarga de acusar a Dios con el creyente, la Iglesia con la Iglesia, y causa acusaciones internas en el cristiano.

Acusa a Dios con el creyente. En esta área Satanás va a tratar, a través de dardos o pensamientos, de hacerte dudar de la integridad de Dios; dándote ciertas informaciones negativas de la bondad de Dios para tu vida. Con dichas informaciones, su tarea es confundir o causar conflictos en la mente, hasta el punto de que termines cuestionando y dudando de Dios.

Mi consejo como Maestro es: Ante una palabra que se reciba de Dios, no se opina ni se cuestiona, sólo se cree y se obedece, aunque no lo entiendas. Personalmente he tenido que orar por enfermos, estando enfermo; y ver cómo Dios los sana, mientras yo sigo enfermo (aunque con el tiempo Dios me ha sanado). Sin embargo, aunque no entendía la situación, nunca dejé de creer que Dios es el sanador.

Hay tres cosas por la cuáles yo debo creer en Dios:

  • I) Por lo que es: Esto tiene que ver con su naturaleza.
  • II) Por lo que ha dicho: Esto tiene que ver con su Palabra.
  • III) Por lo que ha hecho: Esto tiene que ver con su obra.

Al final de todo, debes entender que aunque Dios no haya hecho nada en nosotros, debemos seguir creyendo en Él; mi creencia no debe estar fundamentada en sus obras o en sus hechos, sino en su naturaleza y en su Palabra; si esperamos que Dios obre para creer en Él, entonces andamos por los sentidos y no por fe. La fe está fundamentada en lo que Dios ha dicho de lo que Él es. Job entendió este principio, él dijo: “…aunque me matare, en Él esperaré, yo sé que mi Redentor vive…” (Job 13:15; 19:25).

Habacuc también entendió este principio cuando dijo: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová,…” (Habacuc 3:17-18).

Ésta debe ser nuestra posición como creyentes, aunque no entendamos por dónde estamos pasando, no le demos cabida en nuestra vida a las acusaciones que Satanás haga de Dios, Él es fiel, el texto Sagrado dice: “… si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo…”(2 Timoteo 2:13).

Produce acusaciones entre los creyentes. En esta área, Satanás trata de levantar falsos testimonios entre hermanos, calumnias, chismes, murmuraciones, censuras, difamaciones y, con todo esto, producir divisiones en la Iglesia.

Nunca olvides que Satanás es especialista sembrando cizaña. La mejor arma que tenemos para contrarrestarlo en esta área es el amor y el perdón, nunca tomes en cuenta las cosas que otros dicen en contra de ti, como Maestro te doy un consejo: Si lo que dicen de ti es verdad porque estás dando lugar, pues simplemente corrige tus actitudes, no te moleste tu estás dando lugar, pero si lo que dicen de ti es mentira no te molestes al fin y al cabo es una mentira nunca te hará daño a menos que le des lugar.

No olvides que una mentira toma fuerza como una verdad, cuando tú la crees; si no la tomas en cuenta, sigue siendo una mentira, y nunca te hará daño.

En conclusión, no tomes en cuenta las acusaciones que vengan en tu contra, no le des lugar al diablo, y tampoco seas instrumento de Satanás para acusar a otros.

Causa acusaciones internas en el creyente. Satanás es especialista en acusar al cristiano con su propia conciencia de ciertos pecados que cometió en el pasado; dichas acusaciones tienen efecto por no conocer el poder y la cobertura que tiene la justicia de Dios para nuestra vida.

He tenido la experiencia de tratar con personas por causa de un pecado que cometieron en el pasado y que lo llevan como una pesada carga en el presente. Dios los perdonó, pero ellos no se han perdonado a sí mismos, y Satanás aprovecha este elemento para acusarlos.

Nunca olvides que ante la presencia de Dios nunca hay una segunda oportunidad, para pedir perdón por los pecados o por la reincidencia de un pecado. Cada vez que vengas a la presencia de Dios para pedirle perdón por un pecado, para Él es la primera vez que vienes, de las demás Él no se acuerda; Dios no acumula pecados confesados, Él los perdona. Toma en cuenta esta verdad: por muy degradante y bajo que sea el pecado en el cual has caído, la sangre de Cristo te limpia de ese pecado, y el perdón de Dios siempre estará a tu favor.

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