De buena reputación

Como esté su cuarto así está su vida espiritual

Que verdad tan grande… ¿sabes por qué? Porque si el Espíritu Santo habita en ti, tu no estarás en medio de la inmundicia y el desorden. Así que ¡pon atención a cómo tienes tu casa y tú habitación!

En mi adolescencia me cansé de ver a hombres hipócritas que delante de los hermanos en la iglesia eran consagrados, pero en sus casas, en sus familias o en sus trabajos son personas totalmente ajenas a lo que Dios quiere.

Una vez confronté a uno de ellos que lo escuché diciendo unas palabras obscenas, y le dije: ¿Por qué estás diciendo groserías? Y él me dijo: porque estamos en confianza, tu sabes, en la iglesia no digo nada para cuidar mi testimonio; y esa persona duró muchos años engañando a los hermanos y a él mismo, pero nunca creció espiritualmente, ni se dejó cambiar.

Cuida tu testimonio

Amado Ud. no debe cuidar su testimonio, su vida entera debe ser Su testimonio, somos carta leída al mundo. Es decir; somos un libro abierto en dónde todo el mundo tiene los ojos encima.

¡Saque de su cabeza ese dicho de que hay que cuidar el testimonio! ¡No! Su vida entera debe hablar por si sola, que Ud. es un hijo de Dios, que Ud. es una persona que en sus labios hay verdad, que hay compasión, que no hay falsedades ni hipocresías.

Un hijo de Dios de buen testimonio no presta sus oídos para chistes de doble sentido, ni su boca para repetir malas palabras, mucho menos para levantar falsos testimonios contra alguien. Amados somos templo y morada del Espíritu Santo. ¡Nosotros su iglesia somos la representación de Cristo en la tierra! Compórtese como tal.

Hay personas que toda su vida fueron admirables en conducta, y sólo bastó para que en un momento de debilidad o de necesidad se enredó y cayó en la trampa del robo o la estafa. Se descubre la falta y esa persona va presa… tal vez logre salir bajo fianza… pero su reputación cayó por el piso, y sólo un milagro puede levantar su reputación.

Amados la reputación y el buen testimonio es una de las cosas más valiosas que tenemos como ciudadanos y como hijos de Dios.

No caigas

Si en este momento te encuentras luchando con un mal hábito, con malas palabras en tu boca, si estas asociado a personas que te incitan a cometer cosas prohibidas, es momento de que te detengas… y le pidas al Señor nacer de nuevo y que te dé las fuerzas, porque humanamente no podemos.

Si tienes que renunciar a algo en tu vida hazlo, si tienes que dejar de ver a ciertas personas hazlo. Cristo dijo: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.” (Mateo 5:29).

Conclusión

Seamos personas con quién valga la pena estar, seamos hijos de Dios con una vida, con un testimonio consagrados a Él, que cuando algún inconversos tenga un problema diga: vamos para dónde está tal persona que esa persona me puede ayudar hablándome de Dios.

Debemos sacar a Cristo de las cuatro paredes de la iglesia y llevarlo a las calles con nuestro testimonio y ejemplo… allí está la necesidad.

Sea un hijo de Dios con buena reputación, eso vale más que cualquier tesoro en la tierra… bendiciones.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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