Testificando sin temor

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Testificando sin temor

Predicas Cristianas Texto Bíblico: Apocalipsis 21:8

Introducción:

Una de las barreras más grandes para presentar las buenas nuevas de salvación es el temor. En la mayoría de los casos este temor esta relacionado con aquello que los demás piensen de nosotros (temor al qué dirán), cómo van a recibir nuestro mensaje (temor al rechazo), si realmente la mensaje tendrá resultados visibles (temor a los resultados), por último a lo que demandará de nosotros el mensaje (temor al compromiso).

¿Qué es el Temor?

Según la psicología el temor es: “una perturbación angustiosa del ánimo, originada por la inminencia real de un peligro, o que es fingida por la imaginación. Tiene mayor o menor tensión; su máximo grado es el terror o el espanto”.

La palabra temor en el Nuevo Testamento viene del griego fobeo y tiene como el sentido más frecuente el de temer, hacer huir. A causa del temor huimos de las ocasiones en que debemos abrir nuestra boca para que el testimonio de Jesús sea predicado y las personas tengan la oportunidad de arrepentirse de sus pecados y ser salvas.

El Señor Jesucristo nos ha dicho que no debemos ser cobardes (Juan 14:27), el no nos ha dado espíritu de cobardía (gr. deilia) sino de poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7). Por tanto no nos avergoncemos de dar testimonio de Jesucristo. Distintos tipos de temores en la evangelización

Temor al qué dirán

Esta clase de temor se da cuando ponemos demasiada atención en las palabras de aquellos que nos rodean, no queremos perder nuestra “imagen”, nuestro “estatus”. Este temor esta basado en un supuesto cambio que sufriremos en torno a nuestro ambiente. (Lucas 9:23)

Temor al rechazo

Es derivado del temor al que dirán, debido a que pensamos que hablarán mal de nosotros al momento de testificar de nuestra fe, tenemos por seguro que recibiremos un rotundo rechazo de aquellos que por lo menos antes se mostraban tolerantes con nosotros. (Mateo 5:10-12)

Temor a los resultados. Hay momentos en que nos hacemos las siguientes preguntas ¿realmente esta persona aceptara al Señor? ¿Cambiará su vida para siempre? Déjeme notificarle que no es del todo nuestra incumbencia lo que Dios realice en el corazón de la persona.

Puede que veamos cambio inmediato, arrepentimiento inmediato, por lo menos a nuestro ego le gustaría ver logros visibles para sentirse satisfecho de la obra realizada, pero lamento decirle que habrá ocasiones en que pareciera que no ha sucedido nada. Recuerde que de Dios son los resultados, es de su potestad dar el crecimiento a la semilla. (1 Corintios 3:6)

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