Apoderandonos de las promesas de Dios

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Apoderandonos de las promesas de Dios

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Números 13:30-33

Introducción

Hermanos, a lo largo de estos días los mensajes y estudios que se han llevado y se han hecho de la Palabra de Dios han traído mucha bendición a nuestras vidas. Las mismas que han tenido como base principal, las profecías de La Biblia y el rapto de la iglesia.

Y pues creo que ha sido notorio para todos que todos los mensajes que se han predicado han tenido algo por lo cual se los podría unir, es decir han tenido un eje similar.

Y ese eje similar que no ha pasado desapercibido por ustedes, es el hecho de que nosotros como cristianos, no podemos detenernos y paralizarnos. Sino que debemos ir, sin temor, hacia el lugar que nuestro amado Salvador quiera que vayamos.

La apatía detiene las promesas de Dios

Hermanos, no nos dejemos capturar por la apatía hacia la voluntad de Dios, sino que debemos lanzarnos sin miedo en el río tan deleitable que es la voluntad de Dios.

Entonces el llamado para nosotros es que debemos tomar seriamente la voz de nuestro Dios. Pero, alguien dirá: -Pastor, eso ya lo sabemos-. Pero yo respondo: -hay algo más a lo que quiero llegar.

Ustedes, como hermanos fieles que buscan el congregarse, saben que es muy habitual que yo les mencione casi siempre en las diferentes predicaciones, que la iglesia de la actualidad se encuentra en una crisis, y que todos nosotros que somos creyentes fieles debemos tomar seriamente el arado, sin mirar hacia atrás, comprometidos al avance de la misma.

Con respecto a esto, recuerdan lo que le dijo Elías al pueblo de Israel, que era momento de ponerle un alto a aquella divagación que existía en sus mentes. Es decir, este es el momento de decidir, es el momento de escoger a Dios y comprometernos con Él, o escoger el pecado y volvemos atrás. Hermanos, por medio de la gracia de Dios, debemos pararnos firmes y estar dispuestos a caminar en su voluntad, la cual es santa.

Levantémonos, agarremos fuertemente la bandera del evangelio, e ir y colocarla a cualquier parte o lugar que se nos encomendara para la gloria de Cristo. Tenemos las promesas de Dios para animarnos, las cuales son las más seguras, y en las que podemos confiar a ojos cerrados.

Así que hermanos, no permitamos que los ataques del enemigo nos paralicen de levantarnos e ir a proclamar su gran evangelio. Ahora con la guía de Dios y su Santa Palabra, veremos las posibles causas que pueden producir un estancamiento en nuestras vidas, y con las misma Palabra de verdad, buscaremos la ayuda oportuna para triunfar en Cristo.

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