Principios Bíblicos para la Prosperidad

Principios Bíblicos Para la Prosperidad

Salmos 1:3

Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

Debemos recordar que a veces Dios permite momentos de estrechez en nuestra vida como parte de nuestro crecimiento espiritual. Dios desea que crezcamos en confianza en el y aprendamos a depender de su cuidado. También aprendemos que todo lo que tenemos lo debemos a Él. ¿Cómo sabemos que Dios es nuestro sanador si no hemos visto su mano sanando? ¿Cómo puede alguien testificar de la provisión divina si no ha experimentado un momento de escasez donde ha visto la respuesta divina proveyendo? Lo que necesita ser fortalecida es nuestra ‘fe’ y es eso precisamente lo que Dios hace cuando pasamos por ‘diversas pruebas y dificultades’

Debemos saber que Dios es el dueño del oro y la plata (1 Reyes 20:3) y dueño del mundo y todo lo que hay en él (Salmo 24). Dios posee todo lo que necesitamos y puede proveernos para cubrir nuestra necesidad.

Salmos 50:10

Porque mío es todo animal del bosque, y el ganado sobre mil colinas

Los principios bíblicos para disfrutar de su provisión divina, que no es solamente dinero, sino “todo lo que os falta”, incluyen también la paz, el entendimiento, la sabiduría, el amor, espíritu de Gracia y comunión con Él, están disponibles para todos nosotros. ¿Pero qué debemos hacer para recibirlo? Santiago dice “si alguno tiene necesidad, pida a Dios…”

A continuación presentamos una lista de principios bíblicos que le pueden ayudar a ser prosperado en su vida, son cosas prácticas que cualquier persona puede poner por práctica ya que están puestas en la Biblia para nuestra instrucción:

1. Confiad en Dios (Buscad el Reino)

a. Poner a Dios primero

i. Fortalecer la Fe: Oración y Lectura de la Palabra
ii. Practique la Justicia

Debemos recordar siempre que es Dios quien bendice y hace prosperar nuestras vidas porque “toda buena dadiva viene de lo alto, del Padre de las luces…” (Santiago 1:17), por eso debemos poner a Dios primero. Nuestra meta debe ser la prosperidad y crecimiento espiritual no material. Debemos buscar ser “RICOS EN FE” no ricos en oro y plata, nuestra confianza debe estar puesta en Dios.

Además, como buen principio bíblico para la vida, no debemos pedir riquezas sino lo necesario:

Proverbios 30:7

Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera: 8 Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas, no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan, 9 no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el SEÑOR?, o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios.
Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (El ejemplo de Salomón que pidió sabiduría de Dios y fue bendecido con abundancia)

Lucas 12:33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.

Colosenses 3:1 SI habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado á la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

2. Trabajo Arduo

Alguien compuso los diez mandamientos del vago:

1. Se nace cansado y se vive para descansar.
2. Ama a tu cama, como a tí mismo.
3. Si ves a alguien descansando, ayúdalo.
4. Descansa de día para que puedas dormir de noche.
5. El trabajo es sagrado, no lo toques.
6. Aquello que puedas hacer mañana, no lo hagas hoy.
7. Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro.
8. Calma, nunca nadie murió por descansar.
9. Cuando sientas el deseo de trabajar, siéntate y espera que se te pase.
10. Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos.

Trabajar no es “falta de fe”, sino obediencia a la Palabra. Algunas personas ven el trabajo como algo que vino como castigo de Dios sobre la raza humana. No es así, aunque el trabajo se hizo más difícil para el hombre después de la caída, desde la creación el trabajo siempre ha sido parte del plan divino para el hombre.

Génesis 2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

El trabajo es “fe en lo que la Biblia dice”. En cierta ocasión me encontré con un hermano que no había visto por algún tiempo. En la conversación le pregunté ¿Dónde trabajas ahora?, su respuesta fue “estoy viviendo por fe”, es decir, de las ofrendas que le daban en los lugares donde lo invitaban (si lo invitaban, o se invitaba) a predicar, porque no era pastor de ninguna congregación.

No existe nada malo en que los que ‘TRABAJAN’ en la obra que reciban pago por ello. Ese es su “trabajo” y Dios en su palabra dice que “los ancianos” (pastores) en la congregación que “trabajan” en la obra son dignos de honra y remuneración (1 Tim. 5:18), lo que significa que ‘podrían’ recibir ayuda monetaria de la congregación, pero está a su discreción recibir pago o trabajar de otra manera para ganar su sustento (1 Corintios 9:1-15)

Muchos piensan que vivir por fe es “no trabajar”, sin embargo la Biblia es clara, y condena la vagancia. Tanto los que dedican sus vidas al evangelio como los que no lo hacen pero trabajan con sus manos en alguna tarea “viven por fe”. Vivir por fe es creer lo que Dios dice y el ha dicho en su palabra que hemos de comer del fruto de nuestro trabajo:

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